19 de mayo de 2024

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El Papa recibe en el Vaticano a la monja LGTB, Jeannine Gramick, que fue censurada por Ratzinger

Estamos en un pontificado de gestos y eso Francisco lo sabe bien. La dirección y el rumbo hacia la que Francisco quiere conducir la Iglesia es palpable, no tanto por lo que dice sino por lo que hace.

El Papa Francisco es un Papa de gestos, fotos y cartas. De él seguramente no saldrá ningún documento disruptivo, pero son este tipo de gestos con los que Francisco quiere enseñar el camino a seguir a quien le suceda.

Y es que ayer martes, el Santo Padre recibió en el Vaticano durante 50 minutos a Jeannine Gramick, junto con tres miembros del Ministerio New Ways. La cofundadora del Ministerio New Ways, «llevó saludos al Papa Francisco de parte de los católicos LGBTQ+ de la iglesia de EE. UU. Le agradeció su apertura a bendecir las uniones entre personas del mismo sexo, así como su oposición a la criminalización de las personas LGBTQ+ en la sociedad civil», según apunta la propia web de esta organización condenada por Ratzinger.

Este grupo asegura que «esta reunión representa ahora una nueva apertura al enfoque pastoralmente motivado y de búsqueda de justicia que la hermana Jeannine y su organización han practicado durante mucho tiempo». “El encuentro fue muy emotivo para mí. Desde el día en que fue elegido, he amado y admirado al Papa Francisco por su humildad, su amor por los pobres y por aquellos rechazados por la sociedad. Él es el rostro humano de Jesús en nuestra era. El Papa Francisco mira dentro de vuestro corazón y sus ojos dicen que Dios os ama”, dijo Jeannine Gramick tras su encuentro con Francisco.

Esta es la primera vez que el Papa se fotografía con Jeannine Gramick, a quien este verano había escrito una carta de apoyo ‘bendiciendo’ su ‘apostolado’.

¿Quién es Jeannine Gramick?

Nacida en Estados Unidos, pero de origen polaco, Gramick es una activista, matemática y monja católica estadounidense. Se proclama defensora de los derechos de lesbianas, gais, bisexuales y transexuales. Gramick es cofundadora de Ministerio de nuevos Caminos con el Hno. Robert Nugent, que pertenece a un ministerio de defensa y justicia para lesbianas, gays, bisexuales y transgénero católicos.

La reprobación de Ratzinger a Gramick

En mayo de 1999, el entonces prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Joseph Ratzinger, emitió una nota pública sobre Jeannine Gramick y Robert Nugent. Ratzinger escribió que «desde el inicio, al presentar la doctrina de la Iglesia sobre la homosexualidad, el Padre Nugent y la Hermana Gramick han cuestionado continuamente elementos centrales de esa doctrina. Por esta razón, en 1984 el Cardenal James Hickey, Arzobispo de Washington, después de fracasar en numerosos intentos de clarificación, les informó de que a partir de ese momento no podían seguir desarrollando sus actividades en aquella Archidiócesis. Al mismo tiempo, la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica les ordenó que se separaran total y completamente del New Ways Ministry, añadiendo que no podían ejercer ningún apostolado a menos que presentaran fielmente la doctrina de la Iglesia acerca del mal intrínseco de los actos homosexuales».

En aquel momento, Ratzinger criticó que «han seguido manteniendo y promoviendo posiciones ambiguas sobre la homosexualidad y han criticado explícitamente los documentos del Magisterio de la Iglesia sobre el tema». Una posición que dista mucho de la confusión que reina ahora dentro de la Iglesia. Quienes promueven estas posturas, lejos de ser reprobados, son aupados a cargos de responsabilidad.

Joseph Ratzinger montó una comisión para estudiar los escritos de esta monja estadounidense. La conclusión a la que llegó la comisión es que la Hermana Gramick, tenía en sus escritos y actividades pastorales «serias deficiencias, que resultaban incompatibles con la integridad de la moral cristiana«.

El sucesor de san Juan Pablo II, sentenció lo siguiente: «la Congregación para la Doctrina de la Fe se ve obligada a declarar, por el bien de los fieles católicos, que las posiciones de la Hermana Jeannine Gramick y del Padre Robert Nugent, en lo que se refiere al mal intrínseco de los actos homosexuales y al desorden objetivo de la inclinación homosexual, son doctrinalmente inaceptables en cuanto incompatibles con la doctrina clara y constante de la Iglesia Católica en este campo».

A pesar de esta condena pública y sin que Gramick haya dado muestras de haber cambiado sus posiciones, el Papa la ha recibido en pleno Sínodo. Un nuevo gesto del Pontífice que contradice (otra vez) a su antecesor. ¿Aprueba o bendice el Papa Francisco la labor de este grupo que pasa por la aceptación y normalización de la actividad homosexual como una condición más digna y querida por Dios?