Dos jóvenes fueron sorprendidos en pleno acto de robar una motocicleta, donde la comunidad se vio enardecida y tomó acción por sus propias manos para neutralizar la acción delictiva.
Este hecho ocurrió en Santo Domingo, donde los ladrones fueron seguidos, lo que desató una intensa persecución que se extendió hasta la zona del Higuero.
Durante la persecución, los residentes de la comunidad se enteraron del suceso y rápidamente se congregaron, expresando su indignación y deseo de hacer justicia.
Sin embargo, a medida que se fue calmando la situación, muchos de ellos reconsideraron la gravedad de tomar medidas violentas contra los implicados y optaron por un enfoque más prudente.
Finalmente, los comunitarios decidieron dejar que las autoridades se encargaran del caso, reconociendo la importancia de que prevalezca el orden legal.
Este suceso no sólo pone de manifiesto la frustración ante la delincuencia, sino que también destaca la capacidad de la comunidad de actuar con mesura y respeto por la justicia, aun frente a situaciones de gran tensión.