El presidente, Donald Trump, ha vuelto a rehusar este martes aceptar su responsabilidad en el asalto al Capitolio, que él incitó y que llevaron a cabo sus seguidores en Washington el pasado miércoles.
Trump viajó a la frontera con México este martes para resaltar lo que ve como los logros de su Administración en materia migratoria. Desde allí ofreció sus primeros comentarios sobre el mortal ataque al Capitolio y sobre el juicio político a que buscan someterlo los demócratas en el Congreso.
«La 25ª Enmienda no presenta ningún riesgo para mí. Pero regresará para atormentar a Joe Biden y a la Administración de Biden. Como dice la expresión, tengan cuidado con lo que desean».
Al salir de la Casa Blanca para viajar a Texas horas antes, Trump criticó el juicio político que los demócratas iniciarán esta semana en la Cámara de Representantes por su papel en los hechos en la capital.
En su opinión, se trata de «la más grande cacería de brujas en la historia de la política», y, según añadió, está generando «un tremendo enojo», posiblemente en referencia a sus seguidores, un comentario que cobra especial importancia cuando el FBI ha alertado de posibles brotes violentos y ataques de terrorismo doméstico en los próximos días por parte de fanáticos del presidente.
La Cámara de Representantes debate este martes un ultimátum al vicepresidente, Mike Pence, para que invoque la enmienda 25 de la Constitución y aparte de su cargo a Trump al considerarlo «incapaz de ejecutar sus funciones». En caso contrario, los demócratas, con mayoría en el Congreso, iniciarán el segundo procedimiento de impeachment contra el presidente acusándolo de «incitación a la insurrección».
Cuestionado por reporteros sobre su responsabilidad en los hechos violentos de la semana pasada, Trump aseguró que siempre ha estado en contra de la violencia y que muchas personas creen que su discurso, previo al asalto del Capitolio, «fue totalmente apropiado».
En ese discurso, Trump animó a sus seguidores a marchar contra el Congreso y les aseguró que «nunca retomarán nuestro país con debilidad». Así lo hicieron: cinco personas terminaron muertas, y la sede de la democracia estadounidense resultó mancillada.
Trump no ha asumido responsabilidad por su papel en el asalto al Congreso cuando se debía declarar la victoria del presidente electo, Joe Biden, pese a que ha perdido aliados, el apoyo de los votantes y crecen los pedidos para que renuncie, incluso dentro de su propio partido.
Asimismo, Trump advirtió hoy que las plataformas de redes sociales están cometiendo un grave error, luego de que sus cuentas fueran suspendidas en 10 plataformas de las redes sociales por temor a su discurso incendiario y a que vuelva a incitar a la violencia.
Al respecto, dijo que es «algo muy pernicioso para el país», y esto causará «muchos problemas muy peligrosos».
Trump hará su primera aparición pública en un acto en El Álamo, una ciudad en la frontera entre Texas y México, donde se espera promueva su política migratoria y hable de su legado.
Es la primera oportunidad del mandatario de dar un discurso a sus seguidores en público después de que sus cuentas fueran suspendidas.
El propósito aparente de la visita a la pequeña ciudad texana de Alamo es “marcar la finalización de más de 400 millas de muro fronterizo”, según un comunicado de la Casa Blanca.
Desde el inicio de su campaña por la presidencia, en 2016, Trump prometió construir un «grande, hermoso muro» de 1,000 millas de largo el cual, prometió, sería pagado por México. Sin embargo, los 15 mil millones de dólares para la construcción del muro han provenido de los Departamentos de Seguridad Nacional, Defensa y Tesoro de Estados Unidos.
Por otra parte, las más de 400 millas construidas hasta ahora son, en su mayoría, reemplazos de barreras que ya existían, de acuerdo con Reuters, y solo 80 millas pertenecen a estructuras nuevas.