Más de nueve mil menores de edad fueron sometidos por ante la Justicia dominicana entre el año 2017 y el primer trimestre de 2023, por presuntas participaciones en diferentes tipos de delitos.
Durante ese período de poco más de seis años, los tribunales especializados en menores procesaron casos que abarcan desde robos y homicidios hasta delitos menos frecuentes, pero igualmente preocupantes, como tortura, terrorismo o maltrato animal.
Robos, drogas y agresiones: los delitos más comunes
De acuerdo con los datos disponibles, el robo encabeza la lista de delitos con mayor número de casos.
Dos 690 menores fueron procesados por este tipo penal entre 2017 y 2022. Le sigue el delito vinculado al tráfico o posesión de drogas, con 1,572 casos.
La agresión física también figura como uno de los hechos de mayor incidencia, con 830 adolescentes procesados por este concepto.
Otros delitos de alta frecuencia en este segmento de edad incluyen violación sexual (728 casos), riñas (726), atracos (539) y homicidios (525).
Armas, violencia intrafamiliar y delitos contra la propiedad
En el mismo período se registraron 237 casos de menores implicados en porte y tenencia ilegal de armas de fuego, mientras que otros 260 fueron sometidos por violencia intrafamiliar. Asimismo, 55 adolescentes enfrentaron cargos por daños a la propiedad y 184 por provocar desórdenes en la vía pública.
El intento de homicidio fue atribuido a 80 menores, mientras que 70 fueron procesados por rebeldía, una categoría legal que incluye desobediencia o desacato a figuras de autoridad, y 48 por amenazas.
Tecnología, tránsito y delitos de baja frecuencia
Los casos vinculados a nuevas tecnologías fueron escasos: solo 11 menores fueron procesados por delitos tecnológicos en los últimos seis años. También se reportaron 23 casos relacionados con infracciones a la Ley de Tránsito.
Entre los delitos de menor frecuencia, aunque igualmente relevantes, figuran la estafa (2 casos), los juegos de azar (2), el maltrato animal (2), el terrorismo (2), la prostitución (3), el secuestro (6), la agresión sexual (2), la falsificación (9), la agresión verbal (5) y el incendio (9). Incluso se documentó un caso aislado de tortura y barbarie cometido por un menor, una cifra que, aunque única, resulta alarmante por su gravedad.
