A cientos de kilómetros al oeste de Pekín, en los áridos desiertos de la región autónoma de Mongolia Interior, se encuentra la que hasta hace pocos años era considerada «la mayor ciudad fantasma» de China: Ordos Kangbashi. Sin embargo, actualmente la urbe está experimentando un rápido crecimiento poblacional. Incluso, se han comenzado a construir nuevos edificios residenciales, pues sus apartamentos, previamente vacíos, han sido vendidos.
«Ya no somos una ciudad fantasma», aseguró un gerente local de ventas de propiedades, citado por Nikkei Asia.
Cuando a principios de la década del 2000 el Gobierno chino descubrió importantes depósitos de carbón en la zona, decidió construir la ciudad de Ordos Kangbashi, diseñada para albergar a más de un millón de habitantes. La construcción se inició en el año 2001 y finalizó en el 2003. No obstante, los planes se vinieron abajo debido a la crisis económica, que causó una significativa caída en el precio del carbón, que iba a ser la principal actividad de sustento de la ciudad. Hacia el año 2009, los precios del carbón habían vuelto a subir, impulsando así el mercado inmobiliario en Kangbashi. Luego explotó la burbuja, y los condominios, que habían llegado a costar alrededor de 1.200 dólares por metro cuadrado, perdieron nuevamente gran parte de su valor.
Aun así, según explica el gerente de ventas, «hoy los precios en el centro de Kangbashi llegan hasta los 15.000 yuanes (unos 2.300 dólares)» por metro cuadrado.
Esto se debe a un factor inesperado, pero que ha resultado ser muy efectivo: la educación.
Una vez que los funcionarios municipales trasladaron algunas de las mejores escuelas de la cercana ciudad de Ordos a Ordos Kangbashi, los llamados ‘padres tigre’ los siguieron allí con sus hijos, disparando así los precios de las propiedades e incentivando nuevas inversiones.
En China existen estrictas regulaciones respecto a los distritos escolares, pues se requiere que los padres que desean enviar a sus hijos a una escuela particularmente codiciada sean propietarios de una vivienda dentro del distrito.
Por otra parte, muchos profesores también aprovecharon la oportunidad y se mudaron a Ordos Kangbashi.
«En cierto modo obligaron a los maestros más prestigiosos a mudarse, atrayéndolos con [viviendas] a mitad de precio», señaló el gerente de ventas.
En el 2020, pese a la pandemia de covid-19, el gobierno local comenzó a aprobar la construcción de nuevos condominios por primera vez en ocho años.
Si bien Ordos Kangbashi ya no puede ser considerada una «ciudad fantasma», aún queda trabajo por hacer en la región, pues Mongolia Interior sigue estancada en la parte baja de la lista a nivel nacional en términos de crecimiento económico.
