SANÁ.- La misión de la ONU en el Yemen advirtió este sábado que los bombardeos de EE.UU. y el Reino Unido y los ataques de los rebeldes hutíes contra la navegación en el mar Rojo pone en peligro los esfuerzos realizados para alcanzar la paz en el castigado país árabe, inmerso en una guerra desde 2014.
El jefe de la misión de la ONU, Hans Grundberg, indicó en un comunicado que «observa con gran preocupación el contexto regional cada vez más precario y su impacto adverso en los esfuerzos de paz en Yemen y la estabilidad y seguridad en la región», mientras que pidió «ejercer máxima moderación» para reducir la tensión.
El diplomático reaccionó así tras dos días consecutivos de bombardeos estadounidenses contra posiciones militares de los hutíes, que se han llevado a cabo en respuesta a los ataques de los insurgentes contra navíos comerciales en el mar Rojo, por donde transita el 15 % del comercio marítimo mundial.
Ante esta escalada de tensión, Grundberg pidió a las partes que eviten tomar acciones que empeoren la situación en el Yemen, donde el 80 % de la población requiere ayuda humanitaria tras casi una década de guerra entre los hutíes y el Gobierno internacionalmente reconocido apoyado por Arabia Saudí.
Asimismo, instó a «proteger a los civiles yemeníes y a salvaguardar el progreso de los esfuerzos de paz» en el Yemen, iniciados desde que el Gobierno yemení y los rebeldes alcanzaran una tregua en abril de 2022 que se ha mantenido en gran parte pese a que venció unos meses después.
El responsable de la ONU recordó que tanto los hutíes como el Ejecutivo se comprometieron a finales de diciembre de 2023 a adoptar medidas para un alto el fuego en todo el país, al tiempo que se desarrollan discusiones sobre una hoja de ruta para su implementación.
Esa tregua serviría para reanudar un proceso político inclusivo bajo los auspicios de la ONU, según Grundberg, además de para levantar el bloqueo sobre el aeropuerto de la capital, Saná, o el estratégico puerto de Al Hudeidah, controlados por los insurgentes.
El Yemen lleva inmerso en una guerra desde 2014, cuando los hutíes se hicieron con Saná, y desplazaron al Gobierno internacionalmente reconocido a la ciudad meridional de Adén, en un conflicto que ha provocado la peor catástrofe humanitaria del planeta, según la ONU.