24 de abril de 2024

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Niño de 2 años y hermanita pasaron 3 días junto a los ca-dá-ve-res de sus padres a-se-si-na-dos por narcos en casa en Virginia

Un bebito de dos años y su hermana, menor que él, pasaron tres días junto a los cadáveres de sus padres en la vivienda familiar en Virginia luego de que la pareja así como el hijo adolescente de la mujer fueran asesinados en un incidente reportado el 29 de mayo de 2019.

Los terribles detalles del crimen trascendieron esta semana como resultado de una audiencia preliminar del caso contra tres de los cinco hombres involucrados en la masacre.

En la fecha mencionada, Rachel Ozuna, su hijo de 14 años, identificado como Kyrrus; y el novio de la mujer, Michael Coleman, fueron hallados muertos en la casa que compartían en Arlene Acres Drive con sus gargantas cortadas.

Junto a los cuerpos sin vida se encontraban el pequeño de dos años y su hermanita.

Un video de la cámara corporal presentado este miércoles en el tribunal captó a la madre bocabajo sobre el piso sangriento y el niño de pie a su lado mientras que la menor se encontraba cerca, pero atada a un asiento infantil.

El detective encargado de la pesquisa dijo creer que los asesinatos ocurrieron tres días antes de que los cuerpos fueran encontrados.

El reporte de NBC 4 señala que, en la grabación de la cámara del oficial, se ve cuando éste trata de hablarle relajadamente a los niños y los saca del lugar pasando entre los cuerpos de las víctimas mortales.

Adicional a ese dramático video, los fiscales presentaron la grabación de una llamada al 911 por parte del padre del adolescente. El joven habría sido atado en el baño mientras se desangraba.

A Benjamín Jiménez se le escucha llorando durante la llamada de 12 minutos.

“Mataron a alguien”, se le escucha decir al hispano.

“¿Dónde está su hijo”, le pregunta el despachador del sistema telefónico de emergencia.

“Está en el baño atado y en un charco de sangre”, describe el progenitor.

El triple asesinato estaría vinculado al trasiego de drogas.

Según la prueba que manejan las autoridades, Coleman era un distribuidor de drogas a gran escala que llegó a tener hasta $100,000 guardados en su casa. Oficiales hallaron equipo para empacar paquetes de cocaína del tamaño de un kilo.

Las autoridades indicaron que información en teléfonos celulares y videos facilitaron las acusaciones de asesinato en primer grado contra los cinco sospechosos.

La defensa de los presuntos criminales argumenta que no existe prueba física que vincule a sus clientes con los asesinatos, y que el caso presentado es uno meramente circunstancial.