En EE.UU. una maestra de tercer grado donó su riñón a un conserje del colegio donde ambos trabajan, informa The Washington Post el 2 de diciembre.
Patrick Mertens y Erin Durga se conocieron en 2011, cuando Durga se mudó a Fairhaven, una localidad rural de Minnesota, y empezó a trabajar en la escuela elemental Kimball. Desde entonces habitualmente charlaban unos minutos cuando la maestra terminaba las clases y Patrick, de 64 años, llegaba para limpiar el aula.
Los hijos de Durga también conocían muy bien a Mertens y su familia, ya que acudían a la guardería de la esposa del conserje.
La maestra, de 38 años, se enteró de que su compañero de trabajo necesitaba un trasplante de riñón a través de una publicación de Facebook que la hija de Patrick colgó a finales de enero. En aquel momento los riñones de Patrick funcionaban al 12 por ciento después de que en 2017 le diagnosticaran insuficiencia cardíaca congestiva e insuficiencia renal.
La mujer expresó su deseo de ayudar y pasó las pruebas necesarias para asegurarse de que sus órganos eran compatibles con los de Mertens. El paciente fue muy afortunado de encontrar a un voluntario dispuesto a donarle un riñón, ya que normalmente las personas de su grupo sanguíneo esperan unos cinco años para recibir el trasplante.
«Desde el principio sentí en mi corazón que tenía que hacerlo», contó la maestra. La esposa del conserje, Lynda, quedó totalmente sorprendida por el bonito gesto de Durga: «¿Quién espera que una maestra done su riñón a un conserje?».
La operación tuvo que posponerse debido a la pandemia de coronavirus, pero el 3 de julio Mertens y Erin finalmente entraron al quirófano y el trasplante fue un éxito. «Tengo una vida nueva», dijo el conserje tras la intervención. «Ella es nuestro milagro, nuestro ángel. Siempre le estaremos agradecidos», expresó la esposa de Mertens.
Tras la operación ambos se recuperaron y en agosto pudieron reincorporarse al trabajo.