Alba, oriunda del municipio Vicente Noble en Barahona, partió de su tierra natal con la esperanza de forjar un mejor porvenir para ella y su familia en el extranjero. Tras no lograr ingresar como profesora al Ministerio de Educación (Minerd), decidió emprender un viaje junto a su hermana, Fedeliza Florián Guzmán, hacia Chile. Sin embargo, en esa travesía en busca de nuevas oportunidades encontró el fin de su existencia.
Alba y Fedeliza habían salido de Vicente Noble apenas dos semanas antes. Ambas cargaban sueños y aspiraciones de progreso cuando, el pasado sábado 20 de septiembre, la primera perdió la vida en un siniestro vial ocurrido en la carretera de Copiapó, en territorio chileno. La segunda resultó con traumas y permanece ingresada en un hospital, recuperándose de las lesiones sufridas.
El siniestro, ocurrido en la mencionada vía, dejó como resultado cuatro personas que ya no viven y más de 25 heridas. De acuerdo con las informaciones oficiales, varios vehículos se vieron involucrados en el hecho, lo que ocasionó una emergencia de gran magnitud en la zona. Equipos médicos y de seguridad acudieron de inmediato para brindar asistencia a los afectados.
En su comunidad, Alba era reconocida por su humildad, serenidad, sencillez y por la sonrisa contagiosa que la caracterizaba. Su pérdida es aún más dolorosa debido a que deja a un niño en condición de orfandad. La noticia ha causado un profundo impacto en Vicente Noble, donde familiares, vecinos y allegados han expresado pesar y tristeza por lo ocurrido.
El hermano de la maestra, el profesor Amable Florián, confirmó la noticia a través de un mensaje en redes sociales, en el que expresó: «La familia y el pueblo de Vicente Noble lamentan esta pérdida irreparable.» De inmediato, múltiples muestras de apoyo y condolencias comenzaron a circular en plataformas digitales, reflejando el dolor compartido por la comunidad.
Entre las expresiones de afecto, Johana Carbajal escribió: «Hay personas con la que no hablamos, pero con solo verlas sientes que te transmiten una vibra positiva y da tristeza ver ese tipo de caso… a veces buscamos un mejor porvenir en otros países sin saber lo que nos espera, pero solo Dios sabe.» Estas palabras reflejaron la consternación que despertó la pérdida.
De igual manera, Caro de León, compañera de Alba en la Estancia Materno Infantil Chiquitines, manifestó: «Vuela alto… es difícil aceptar tu partida… solo pedirle a Dios resignación para cada uno de tus familiares… te extrañaremos aquí en la tierra, me duele mucho aceptar esto.» Su mensaje evidenció la cercanía que muchos tenían con la maestra. La tragedia que enlutó a Alba simboliza las dificultades que enfrentan muchos jóvenes dominicanos en su búsqueda de mejores oportunidades en el extranjero. En este caso, un viaje motivado por la esperanza terminó de la forma más dolorosa, dejando atrás a una familia destrozada y a un niño que deberá crecer sin su madre.
