11 de diciembre de 2024

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La historia del cura García Herreros, el único que logró meter en una cárcel a Pablo Escobar

El sacerdote colombiano Rafael García Herreros no solo fue celebre por crear el programa de televisión más antiguó de Colombia (El minuto de Dios). Su nombre le dio la vuelta al mundo en junio de 1991 luego de lograr que el narcotraficante más peligroso del mundo se entregara a la justicia. Hubo rumores y críticas por la cercanía del padre García con Escobar.

El padre Rafael García Herreros fue cercano al narcotraficante colombiano Pablo Escobar. El sacerdote, fundador de la Corporación Minuto de Dios, se caracterizó por ser un hombre de diálogo y sus últimos años de vida los entregó a buscar una salida de la guerra que emprendió el Cartel de Medellín y que dejó cientos de muertos en el país.

La relación entre el cura y Escobar estuvo rodeada de misticismo, llegaron a decir que era una amistad. De hecho, la misma Conferencia Episcopal Colombiana llegó a criticar el extraño acercamiento entre García Herreros y Escobar: “Una cosa es la conversión y el arrepentimiento, y otra muy distinta presentar a un delincuente como un ejemplo”, le recordó la autoridad católica.

García Herreros nació en Cúcuta a comienzos del siglo XX, tras un largo camino por la religiosidad, en 1955 inició la construcción de viviendas en diversos barrios de Bogotá. Al año siguiente fundó el barrio Minuto de Dios en Bogotá y una entidad sin animo de lucro que lleva el mismo nombre. Al padre García conoció Colombia con el espacio televisivo ‘El minuto de Dios’ que se transmitía antes del noticiero en los principales canales.

“Me dicen que él quiere hablar conmigo, un humilde cura”: el extraño mensaje de García Herreros en ‘El minuto de Dios’

En abril de 1991, en el padre García emitió un extraño mensaje en ‘El minuto de Dios’. Dijo estar dispuesto a dialogar con Pablo Escobar en alguna playa del Caribe, aun incluso a riesgo de morir en un eventual tiroteo. La intervención señalaba lo siguiente:<b>Me han dicho que quiere entregarse. Me han dicho que quiere hablar conmigo, oh! mar, oh! mar de Coveñas a las cinco de la tarde, cuando el sol está cayendo. ¿Qué debo hacer? Me dicen que él está cansado de su vida y con su bregar, y no puedo contárselo a nadie, mi secreto. Sin embargo, me está ahogando interiormente.

El sacerdote dijo además:<b>Me dicen que él quiere hablar conmigo, un humilde cura, que no soy obispo, ni canónico, ni siquiera vicario episcopal. Me manda a decir que crea en él, que él es un hombre de palabra. Le pregunté si se huiría de mi, de mi lado, me dijo que no.</b>

Al final de la intervención transmitida en todo el país, el padre reconoció que no sabía qué hacer, y cerró con la popular frase: “Dios mío, en tus manos colocamos este día que ya pasó, y la noche que llega”.

García Herreros logró que Pablo Escobar se entregara, pero siguió delinquiendo en La Catedral

En el municipio de Envigado se construyó La Catedral. Lo que iba a ser un centro de rehabilitación de drogadictos se adecuó como pabellón de máxima seguridad para recluir a Pablo Escobar Gaviria. El padre García Herreros, convertido en el único interlocutor válido de “Los Extraditables”, logró que el narco más buscado del país se sometiera a estar en prisión.

En la mañana del miércoles 19 de junio de 1991, Escobar se entregó a la Oficina de Instrucción Criminal de Medellín y acompañado de varias personalidades, incluida la del sacerdote García Herreros, es enviado a la cárcel en un helicóptero.

La única foto que se tiene de Pablo Escobar,cabecilla del Cartel de Medellín, durante su reclusión en lacárcel La Catedral, de Envigado.

El plan del narcotraficante era seguir delinquiendo desde una cárcel que estaba bajo su control, a cambio de que el Gobierno colombiano le garantizara la no extradición de colombianos a Estados Unidos, promesa que le cumplieron al día siguiente de que se entregara.

El padre García Herreros señaló que en la cárcel, el criminal iba a estudiar ciencias jurídicas. De hecho, desde la Fundación Minuto de Dios dijeron estar dispuestos a apoyar económicamente en la creación de un centro de estudio para el narco y los hombres que se habían acogido al beneficio judicial ofrecido por el Gobierno. Pablo Escobar declaró lo siguiente el 19 de junio de 1991:<b>Deseo que haya un juicio, con mi presentación y mi sometimiento a la Justicia deseo rendir también un homenaje a toda mi familia que tanto quiero. En estos momentos históricos de entrega de armas de los guerrilleros y de pacificación de la patria, no podía permanecer indiferente ante los anhelos de paz de la enorme mayoría del pueblo de Colombia.</b>

García Herreros fue la persona clave en ese proceso y desde su inicio como mediador entre el Gobierno y el narcotraficante, se convirtió en su confesor y principal defensor ante la opinión pública, reseñó El Tiempo.

Una vez se escapó Escobar, el padre García Herreros insistió en que era un hombre bueno

Luego de que el gobierno del presidente César Gaviria se enteró de que Escobar seguía delinquiendo desde La Catedral, ordenó el traslado del narco a una “verdadera prisión”.

El 22 de julio de 1992, Escobar y sus hombres huyeron de la prisión al patear uno de los muros falsos hechos de yeso. Cuando la fuerza pública se dirigía a La Catedral para el traslado de Escobar, se les informó de su fuga. El sacerdote se refirió en términos desobligantes a algunas autoridades nacionales luego de conocerse la fuga del criminal.

Pablo Escobar junto a sus hijos Manuela y Juan Pablo, y a su esposa Victria Henao(Victoria Eugenia Henao – Editorial Planeta)

Ante los medios de comunicación, el 28 de julio del mismo año, García Herreros le pidió a Escobar que se entregara nuevamente e insistió públicamente en que se trataba de un hombre bueno. Las declaraciones de Herreros provocaron una pronta respuesta del Episcopado:<b>Una cosa es hacer un llamado a la conversión y al arrepentimiento, invocando la misericordia de Dios, y otra muy distinta es presentar a un delincuente responsable de muchos crímenes y del gravísimo daño hecho al país, como si fuera ejemplo del hombre bueno.</b>

El Gobierno se opuso a que el reconocido cura volviera a ser el puente entre Escobar y las autoridades. En la noche del 24 de noviembre de 1992, el padre García Herreros falleció en la casa cural del Minuto de Dios.

Casi un año después, el 2 de diciembre de 1993, Pablo Emilio Escobar fue acribillado mientras huía por los techos de las casas en el barrio Los Olivos, Medellín.