Freddie Freeman conectó un jonrón solitario en la parte baja de la 18.ª entrada para sellar la victoria de los Dodgers de Los Ángeles por 6-5 sobre los Azulejos de Toronto, en un maratónico tercer juego de la Serie Mundial que duró seis horas y 39 minutos y que muchos ya califican como uno de los encuentros más memorables en la historia del béisbol moderno.
Con este triunfo, los campeones defensores tomaron una ventaja de 2-1 en la serie al mejor de siete y mantienen viva la posibilidad de coronarse en casa por primera vez desde 1963.
“Podría recordarse como uno de los mejores juegos de todos los tiempos”, declaró el mánager Dave Roberts tras el triunfo.
Freeman decidió el juego con un batazo de 406 pies al jardín central ante el zurdo Brendon Little, desatando la euforia de los 52.654 fanáticos que resistieron hasta casi la medianoche en el Dodger Stadium, entre ellos el legendario Sandy Koufax, de 89 años.
“Pura emoción. No puede ser mejor”, dijo el primera base, que consiguió así su segundo jonrón de oro en la Serie Mundial en dos años. El anterior fue un grand slam en la pasada edición ante los Yankees de Nueva York.
El partido igualó el récord de más entradas en un juego de postemporada, marca que los Dodgers ya habían protagonizado en 2018, cuando Max Muncy decidió otro encuentro de 18 innings ante los Medias Rojas de Boston.
La superestrella japonesa Shohei Ohtani volvió a ofrecer una actuación legendaria: dos jonrones, dos dobles y cinco bases por bolas consecutivas, cuatro de ellas intencionales. Se convirtió en el primer jugador en 83 años en embasarse nueve veces en un solo juego, y el primero en hacerlo siete veces en postemporada.
Su segundo jonrón solitario en la séptima igualó el marcador 5-5. Ohtani, quien abrirá en el montículo el cuarto juego, es apenas el segundo jugador en la historia de la Serie Mundial con cuatro extrabases en un mismo partido, un logro que solo había conseguido Frank Isbell en 1906.
El relevista Will Klein fue el héroe inesperado del montículo. El último brazo disponible en el bullpen angelino lanzó cuatro entradas en blanco, permitió apenas un hit y realizó 72 lanzamientos, el doble de su marca personal.
“No íbamos a perder ese juego”, afirmó Klein. “Así que tuve que seguir”.
En total, 19 pitchers —10 de los Dodgers— se combinaron para 609 lanzamientos. Incluso el tres veces ganador del Cy Young, Clayton Kershaw, salió del bullpen y salvó la entrada 12.ª con las bases llenas, en su primera aparición en extra innings de toda su carrera.
Los Azulejos tomaron la delantera 5-4 en la séptima con un sencillo productor de Bo Bichette, que impulsó a Vladimir Guerrero Jr., quien había conectado un hit previo y se deslizó al plato para anotar con la mano extendida.
Antes, el mexicano Alejandro Kirk había encendido la ofensiva de Toronto con un jonrón de tres carreras en la cuarta entrada, mientras el venezolano Andrés Giménez añadió un elevado de sacrificio.
Los Dodgers respondieron con dos anotaciones en la quinta: Kiké Hernández abrió con sencillo, Ohtani pegó un doble impulsor y luego Freeman igualó con un imparable por la línea del jardín derecho.
El juego terminó a las 11:50 p.m. en la Costa Oeste, con la afición aún de pie y una atmósfera eléctrica pese al frío creciente en Chavez Ravine.
“Este juego fue increíble. Nuestro bullpen estuvo absolutamente increíble”, resumió Freeman.
Desde el dugout rival, el mánager de los Azulejos, John Schneider, fue claro:
“Los Dodgers no ganaron la Serie Mundial hoy. Ganaron un juego”.
El Juego 4 se disputará este martes, con Shohei Ohtani abriendo por Los Ángeles y Shane Bieber por Toronto.
Ohtani llega inspirado tras conectar tres jonrones y ponchar a 10 en su última apertura en la Serie de Campeonato ante Milwaukee.
