Miles de haitianos protestaron este viernes en Puerto Príncipe y en varias capitales provinciales, para exigir al presidente Jovenel Moïse que “respete” la Constitución de Haití y deje el poder el próximo 7 de febrero.
Se trata de la primera jornada de protestas de este año, dentro de un calendario de manifestaciones convocadas por la oposición para reclamar la inmediata renuncia de Moïse.
La concentración más multitudinaria tuvo lugar en Puerto Príncipe, donde fue dispersada por la Policía con gas lacrimógeno, mientras los manifestantes lanzaban piedras en respuesta.
“Jovenel debe irse. Si no se va, es desobediencia civil”, vociferaban los manifestantes, que lanzaban consignas hostiles contra el Ejecutivo y estuvieron acompañados en todo momento por un vehículo con altavoces que reproducía canciones antigubernamentales en bucle.
Moïse asumió el poder el 7 de febrero de 2017 por un período de cinco años, tras unas turbulentas elecciones que fueron anuladas en 2015 por denuncias de fraude y que fueron repetidas en 2016.
Basándose en un artículo de la Constitución, los opositores aseguran que debido a esa repetición electoral los cinco años de mandato de Moïse comenzaron a contar en 2016, coincidiendo con el final de la presidencia de Michel Martelly, y no en 2017.
Sin embargo, esta interpretación de la carta magna es rechazada tanto por el oficialismo como por la Organización de Estados Americanos (OEA) y por Estados Unidos, que apoyan que Moïse siga un año más en el poder.
En estos momentos, el mandatario está impulsando la redacción de una nueva Constitución, que será sometida a referéndum, previsiblemente, el próximo abril.
Las elecciones presidenciales y legislativas han sido convocadas para el próximo 19 de septiembre y Moïse asegura que no se presentará a la reelección, aunque la nueva Constitución le habilite para ello.
Las legislativas estaban inicialmente previstas para 2019, pero fueron aplazadas por la inestabilidad política que vivía el país en esa época, lo que llevó al cierre del Parlamento en enero de 2020.
Desde entonces, Moïse gobierna por decreto, lo que ha alimentado el descontento de la oposición y le ha llevado incluso a recibir críticas por parte de la comunidad internacional, en especial por un reciente decreto que tipifica como “terrorismo” los actos de vandalismo en la vía pública.
Haití vive en un clima de inestabilidad política desde mediados de 2018, con constantes protestas que solo amainaron en los primeros meses de la pandemia.