Santo Domingo.- Familiares de una sargento del Ejército de República Dominicana (ERD) que fue asesinada el pasado domingo a mano de su expareja en Villas Agrícolas, denunciaron este martes que su homicida supuestamente recibió privilegios este día al ser enviado a cumplir medida de coerción Centro de Corrección y Rehabilitación El Pinito, en La Vega, a petición de sus familiares.
José Martínez, hermano de Raisa Guzmán, alias Andreína, dijo a través de las redes sociales que ellos no fueron notificados de la audiencia en la que se le dictó la medida coercitiva a José Rafael García Hernández, alias Papo, al tiempo que precisa que maneja la información de que una pariente del victimario pidió al juez que lo enviará a dicha cárcel «porque su familia es de allá».
Martínez dijo que una hermana del agresor alegó que la mejor opción era recluirlo en La Vega para «cuidarlos de ellos que viven aquí (los familiares de la occisa)». Sin embargo, el hombre en medio de su dolor resalta que los parientes de Raisa son los que se deben de proteger, ya que el nombrado Papo «agarró un machete y le entró a machetazo hasta más no poder».
Reiteró un llamado a las autoridades para que sobre Papo caiga todo el peso de la ley, destacando que su hermana era una mujer de bien entregada a la institución y al servir a la patria.
Se recuerda que hoy la Oficina de Atención Permanente del Distrito Nacional, Rigoberto Sena, dictó seis meses de prisión preventiva, como medida de coerción, contra José Rafael García Hernández.
García Hernández es acusado de homicidio con premeditación y asechanza, haciendo uso de un arma blanca ilegal, en violación a los artículos 295, 296, 297, 298 y 302 del Código Penal Dominicano. Así como de los artículos 83 y 86 de la ley 631-16, para el Control y Regulación de Armas, Municiones y Materiales Relacionados.
El documento señala que el imputado invitó a la víctima a su lugar de trabajo, donde le brindó bebidas alcohólicas hasta que ella quedó ebria. Luego, pidió a los clientes presentes que se retiraran, desconectó las cámaras y luces del local, y atacó a Guzmán con el arma blanca, causándole múltiples heridas mortales.
Posteriormente, García Hernández llamó insistentemente al propietario del colmado, Wilis Gabriel Ventura Hernández, confesando el crimen y sugiriendo deshacerse del cuerpo. Por lo que Ventura Hernández llamó al Sistema Nacional de Emergencias 911 y, mientras huía, el imputado fue perseguido hasta que una patrulla policial lo interceptó y procedió a apresarlo.