A pesar del considerable apoyo militar que Occidente ha brindado a Kiev, las cosas en el frente no pintan nada bien para las tropas ucranianas. Los soldados denuncian cada vez más los problemas a los que se enfrentan, como la escasez de armas, la mala gestión de los combates, la fatiga física y psicológica, así como la creciente frustración por las políticas del Gobierno que los obliga a seguir luchando.
¿Dónde están las armas?
Ante la falta de progreso en la ampliamente anunciada contraofensiva ucraniana, en cuyo éxito creían tanto los países occidentales, como la sociedad ucraniana, muchos soldados que se encuentran en la línea del frente reconocen que cada vez es más difícil seguir confiando en una victoria inevitable sobre Rusia. Una de las causas es la escasez de armamento, cuya cantidad ha disminuido en los últimos meses debido a los desacuerdos en Washington sobre la financiación a Ucrania y el aumento de la ayuda militar a Israel en medio de la escalada en Oriente Medio.
Así, cinco soldados pertenecientes a diferentes unidades del Ejército ucraniano relataron al diario alemán Bild que mientras los políticos ucranianos se enorgullecen de poseer en sus filas tanques Leopard, Challenger y Abrams, muchos soldados se tienen que desplazar al frente en antiguos autos soviéticos por falta de blindados de transporte de tropas y vehículos todoterreno.
Durante la frustrada contraofensiva, ni los medios occidentales pudieron evitar hablar de las altas cifras, acompañadas de fotos y videos, de blindados alemanes, estadounidenses y británicos, entre otros, siendo pulverizados sistemáticamente en el campo de batalla por la artillería rusa.