Los conflictos con Trujillo
Las relaciones de Duvalier con el igualmente cruel Rafael Leónidas Trujillo, presidente de la República Dominicana –la otra mitad de la isla de La Española–, fueron muy tensas. Haití era un país más pobre y subdesarrollado, y Duvalier temía que los dominicanos, con unas Fuerzas Armadas mejor preparadas, pudieran invadirles un día.
La masacre del Perejil, en 1937, había marcado un antes y un después en sus relaciones bilaterales. Muchos trabajadores haitianos cruzaban la frontera para trabajar en el duro corte de la caña de los grandes latifundistas norteamericanos. Los dominicanos empezaron a protestar por la competencia, y Trujillo ordenó a la Policía y a los militares matar a todos los haitianos en las plantaciones. Se calcula que fueron asesinados entre 22.000 y 27.000.
Las presiones internacionales llevaron a Trujillo a acordar una indemnización para los familiares de las víctimas, aunque, tras unos cuantos meses, dejaría de abonarla. De aquel dinero no llegó nada a las familias; teóricamente, fue a parar a las arcas del Estado, y la corrupción lo subsumió en unos gastos sobre cuyas cuentas públicas no había ningún control.
La relación de Trujillo y el presidente Francois Duvalier fue de corta duración, pues cuando el jefe de Estado haitiano llegó al Poder a finales de 1957, ya Trujillo estaba en el ocaso de su gobierno.
El 22 de diciembre de 1958 sostuvieron una reunión en Jimaní. Diederich resalta que Trujillo llegó temprano, a las ocho en punto de la mañana, en su Cadillac, mientras que Duvalier llegó una hora y media más tarde, lo que el escritor neozelandés considera como un acto planificado del siniestro gobernante haitiano.
Ambos dictadores firmaron una declaración conjunta en la que se comprometían a luchar contra la infiltración comunista. La colaboración en materia de seguridad sería seguida por el coronel Jonny Abbes García, director del Servicio de Inteligencia Militar Dominicano, y Clement Barbot, Jefe de la Policía Secreta de Duvalier.
“Cuando se acercaba el final de la ceremonia, ambos policías se miraron fijamente a través de sus lentes oscuros, sonrieron y brindaron con una copa de champagne.”
“Habían sido también los que idearon y manipularon aquella ceremonia del 22 de diciembre, y tenían que estudiar en seguida la manera de sacarle mejor beneficio a esa lucha contra el comunismo”.
“Barbot y su asociado en los negocios, un libanés-haitiano, ya habían empezado a recoger los frutos facilitando a la República Dominicana jornaleros haitianos para la zafra azucarera. El tenebroso Jonny Abbes recibiría su parte de esa operación de tráfico humano que suponía muchos millones de dólares”
Es mucho lo que se ha avanzado en las relaciones dominico-haitianas, tomando en cuenta que en la pasada centuria hubo poco espacio para un acercamiento, pues pese a que en 1961 cayó la dictadura en República Dominicana, no fue sino hasta 1986 cuando el pueblo haitiano pudo momentáneamente salir de la dictadura para entrar en una larga transición hacia una democracia que comenzaría con las elecciones de 1990 para ser abortada en 1991, con el Golpe de Estado contra el Gobierno de Jean Bertrand Aristide, que retornó al Poder en 1994.