El ejército estadounidense destruyó este martes lanzacohetes, un tanque y morteros en el este de Siria porque representaban una «amenaza», informó el Pentágono.
Estos sistemas de armamento «presentaban una amenaza clara e inminente para las fuerzas estadounidenses y de la coalición», declaró un periodista el portavoz del departamento de Defensa estadounidense, general Pat Ryder.
Se refiere a la coalición internacional que combate al grupo Estado Islámico (EI) en la región.
«Estamos evaluando quién utilizaba estas armas, pero sabemos que hay grupos de milicias respaldados por Irán en la zona que han llevado a cabo ataques» en el pasado, añadió Ryder.
Estados Unidos ha desplegado aproximadamente 2.500 soldados en Irak y 900 en Siria como parte de una coalición internacional creada en 2014 para combatir a los yihadistas del grupo Estado Islámico, que habían tomado el control de grandes partes de los territorios sirio e iraquí antes de ser derrotados. en 2019.
Sigue habiendo células yihadistas activas, sobre todo en las zonas rurales y alejadas de las grandes ciudades.
Desde el inicio de la guerra en Gaza, grupos proiraníes han reanudado sus ataques contra intereses estadounidenses en Irak y Siria. Washington, principal aliado de Israel, ha contraatacado en numerosas ocasiones.
El 27 de noviembre, una coalición de rebeldes dominada por el grupo islamista radical Hayat Tahrir al Sham (HTS), la antigua rama siria de Al Qaida, lanzó una ofensiva fulgurante en el noroeste de Siria, apoderándose de decenas de localidades y de una gran parte de Alepo, la segunda ciudad del país.
El general Ryder aseguró el martes que el ataque estadounidense no está «relacionado con las actividades más amplias llevadas a cabo por otros grupos en el noroeste de Siria».