En San Francisco de Macorís, una madre tomó la difícil decisión de llevar a su hijo de 13 años al cuartel policial tras ser acusado de sustraer una pasola de un centro de diversión local.
La progenitora relató que agentes de la Policía Nacional se presentaron en su domicilio buscando al menor. Ante esta situación, optó por entregarlo voluntariamente a las autoridades, demostrando su compromiso con la legalidad.
«Estoy dispuesta a pagar los daños, pero no quiero que lo dejen preso″, expresó la mujer entre lágrimas, evidenciando su preocupación por el futuro de su hijo y su deseo de resolver la situación de manera responsable.
Según declaraciones de la madre, el adolescente afirma haber adquirido la pasola a un individuo con problemas de adicción. Esta versión está siendo investigada por las autoridades para esclarecer los hechos y determinar las acciones a seguir en este delicado caso que involucra a un menor de edad.