Christian Inga, detenido por supuestamente atar, robar y abusar de una niña de 13 años frente a otro menor en un parque en Queens (NYC) a punta de cuchillo a plena luz del día, confesó a la policía que comenzó a grabar la agresión con su teléfono a mitad de camino a medida que se sentía más “cómodo”, según los fiscales.
Inga, indocumentado ecuatoriano de 25 años, fue procesado el miércoles por cargos que incluyen violación, agresión sexual depredadora y robo por el ataque sucedido a media tarde el jueves 13 de junio en el Kissena Corridor Park de Flushing.
La audiencia se produjo después de una persecución de cinco días con fotos desplegadas por toda la ciudad que terminó la madrugada del martes cuando un grupo de vecinos reconocieron a Inga y lo ataron y golpearon antes de llamar a la policía, afuera de una bodega cerca de Waldorn y 108th Sts. en Corona, a unas 3 millas del parque.
Inga tenía orden de deportación, había entrado por la frontera de Texas con un niño de 3 años en 2021 y al momento estaba viviendo en un refugio para migrantes cerca del parque, según NYPD, que había ofrecido $10,000 dólares de recompensa por información que llevase a su captura.
Tras su arresto el martes, Inga afirmó a la policía que tenía un problema con drogas y había visto a la víctima y a su compañero de escuela, ambos de 13 años, “manteniendo relaciones sexuales”, según los fiscales. Los policías habían dicho previamente a los periodistas que ambos niños acababan de terminar de jugar al fútbol cuando Inga se les acercó.
“Tenía un cuchillo que encontré en el parque”, dijo Inga a la policía, según los fiscales. Los niños “Cedieron porque les mostré el cuchillo. Me acerqué a ellos y les dije que se callaran”. Luego los condujo fuera del camino hacia una zona de árboles, donde los ató con un cordón de zapato y “puso un pañuelo en la boca de la niña y otro trozo de tela en la boca del niño” para evitar que gritaran.
Luego, dijo que usó el mismo cuchillo para cortarle la ropa a la niña. “Al principio estaba nervioso, luego me sentí cómodo y lo grabé”, le confesó a la policía, según los fiscales. Después de violar a la niña, Inga les robó los teléfonos a ambos y se fue.
Las víctimas inmediatamente buscaron ayuda en una escuela cercana, donde los profesores llamaron a la policía, que pudo elaborar un retrato hablado del sospechoso. Después NYPD publicó fotos de cámara de vigilancia, lo que agilizó su captura.
“Es sorprendente que, por lo que pasaron (los niños), su identificación, su recuerdo del tatuaje, los frenillos… todo fue acertado”, dijo el miércoles la fiscal del distrito de Queens, Melinda Katz.
Tras su lectura de cargos el miércoles, Inga quedó detenido sin derecho a fianza. Se enfrenta a cadena perpetua si es declarado culpable, dijeron las autoridades. Todos los cargos son meras acusaciones y se presume que las personas procesadas son inocentes hasta que se pruebe su culpabilidad en un tribunal.
Según la policía de Nueva York, la mayoría de las violaciones siguen sin denunciarse. En un caso similar, a mediados del mes pasado una quinceañera luchó valientemente para no ser violada por un hombre que se le acercó cuando caminaba por un parque en El Bronx (NYC). Días después un hombre fue detenido como sospechoso de violar repetidamente a una niña de 12 años conocida suya durante un período de cinco días dentro de un edificio en ese mismo condado.
A principios de este mes una mujer mató a su padre en Queens (NYC) y al ser detenida dijo que lo había hecho porque él había abusado de ella y su hermana cuando eran niñas. También en mayo un pastor de 71 años fue arrestado por presuntamente abusar sexualmente de una quinceañera en el sótano de una iglesia en Long Island (NY).
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