Pekín considera un «abierto chantaje y amenazas» las declaraciones de EE.UU. de que China podría enfrentar «un aislamiento en la comunidad internacional» si no coopera con investigaciones adicionales sobre los orígenes del coronavirus, afirmó este lunes el portavoz de la Cancillería china, Zhao Lijian.
En la jornada de ayer, el asesor de Seguridad Nacional de EE.UU., Jake Sullivan, señaló que Washington continuará presionando a Pekín en cooperación con sus aliados y socios hasta que se llegue «al fondo de cómo apareció este virus en el mundo».
«Las declaraciones respectivas de la parte estadounidense son un abierto chantaje y amenazas. China expresa su fuerte descontento y se opone firmemente, nunca lo aceptaremos», respondió el vocero chino.
Desde el comienzo de la pandemia, China «ha tomado una posición abierta y transparente» y ha compartido con otros países su experiencia en el campo de la prevención y el control del covid-19, así como en su diagnóstico y tratamiento, dijo Zhao, citado por CGTN, quien también recordó que el país recibió en dos ocasiones a expertos de la OMS.
«Las afirmaciones de que China dijo ‘no’ al estudio para rastrear el origen del coronavirus son completamente infundadas, y las declaraciones de que China se enfrentará a un aislamiento en la comunidad internacional son en mayor medida una intimidación intencional. El descubrimiento del origen del coronavirus es una cuestión científica que los científicos de todo el mundo tienen que abordar en cooperación y que no debe politizarse arbitrariamente; ese es el consenso de la gran mayoría de países», agregó.
El pasado 13 de junio, el presidente de EE.UU., Joe Biden, afirmó durante la sesión final de la cumbre del G7 que China tiene que ser más transparente y permitir el acceso a sus laboratorios para que Occidente pueda determinar si el SARS-CoV-2 fue el resultado de «un experimento que salió mal». En mayo, el mandatario ordenó a la inteligencia de su país que «redoblara» sus esfuerzos para determinar los orígenes del virus y que le informara al respecto en 90 días.
Por su parte, Pekín, que ha acusado en reiteradas ocasiones a EE.UU. y otros países de «politizar el tema del rastreo del origen» del virus, denunció que el encargo de Biden a sus servicios de inteligencia demuestra que Washington está más obsesionado con culpar a China que en establecer la verdad.
A finales de marzo, la Organización Mundial de la Salud presentó las conclusiones de su investigación sobre los orígenes del coronavirus, que contemplan la transmisión a partir de murciélagos hacia otro animal y posteriormente a los humanos como el escenario más probable del inicio de la pandemia, mientras que consideraba la posibilidad de que se debiera a una fuga de un laboratorio como «extremadamente improbable».