París y otros 15 departamentos franceses vivirán su tercer confinamiento en un año a partir de este fin de semana, ha anunciado este jueves el primer ministro, Jean Castex. La medida, que el Gobierno había tratado de evitar a toda costa por su impacto económico y social, ha sido decidida en vista de las preocupantes cifras de contagios y de ocupación hospitalaria en estas zonas.
El confinamiento, que no será tan extremo como el que comenzó hace justo un año o como el de noviembre —las escuelas permanecerán abiertas y se permitirán actividades al aire libre sin límite de tiempo— entrará en vigor en la medianoche del viernes al sábado y durará “al menos” un mes. El toque de queda que rige a nivel nacional sin embargo será aplazado una hora, a las 19.00, a partir del sábado.
“Ante la aceleración del virus y la presión sobre los hospitales, ha llegado el momento de ir más lejos e implementar medidas más exigentes”, dijo Castex en rueda de prensa, en la que indicó que los confinamientos de fin de semana implementados desde finales de febrero en Niza, Dunkerque y Pas de Calais son “insuficientes” para contener el avance de la pandemia en las nuevas zonas más afectadas.
Estas son París y sus departamentos colindantes, la denominada Île-de-France, la zona más densamente poblada del país, así como cinco departamentos de Altos de Francia, limítrofe con Bélgica, y los de Alpes Marítimos (sureste) y los occidentales Seine-Maritime y el Eure.