Hasta la Casa Blanca llegó la pelea burocrática y ya personal entre los líderes Demócratas de Nueva York: ayer el alcalde Bill de Blasio confirmó haber hecho un llamado al gobierno federal para que envíe las vacunas COVID-19 directamente a la ciudad de Nueva York, esperando así evitar el control del gobernador Andrew Cuomo.
“Los alcaldes de todo el país están planteando esta misma preocupación a la administración Biden”, justificó De Blasio durante una conferencia de prensa en el Ayuntamiento, explicando que ha hablado con la alcaldesa de Atlanta, Keisha Lance Bottoms (D), quien ha estado peleando con el gobernador de Georgia, Brian Kemp (R), por el suministro y distribución de vacunas. Sólo que en el caso de Nueva York, se trata de militantes del mismo partido.
“Hemos hecho un llamamiento, muchos de nosotros como alcaldes, a la administración de Biden para que cambie las reglas para proporcionar vacunas directamente y sin ataduras a las principales ciudades, que tienen grandes departamentos de salud, sistemas de hospitales públicos, etc., para que podamos recortar el intermediario y ponernos manos a la obra vacunando a más personas y hacerlo de forma más rápida, más eficaz”, insistió el impopular alcalde De Blasio.
Según las reglas nacionales, NYC tiene garantizada al menos 43% de la cuota semanal de dosis de vacunas del gobierno federal asignadas a todo el estado y generalmente ha obtenido esa cantidad semanalmente, pero De Blasio ha estado exigiendo una porción mayor.
“No estamos recibiendo nuestra parte justa de vacunas, a pesar de que estamos vacunando a tantas personas de los suburbios, incluso de Connecticut y Nueva Jersey, deberíamos recibir más vacunas del estado”, dijo de Blasio. “De muchas maneras, simplemente no estamos obteniendo una respuesta. Es por eso que necesitamos el control local, para que podamos hacer avanzar en este esfuerzo”.
De Blasio continuó: “Tratamos de respetar las diferentes ramas del gobierno, los diferentes niveles de gobierno. A veces es muy difícil de hacer cuando ves acciones ridículas y arbitrarias… las he visto del gobernador Cuomo y las he visto constantemente del (ex) presidente (Donald) Trump”.
Aún así, De Blasio aseguró que la ciudad ha estado tratando de “trabajar dentro de las estructuras” que se le han dado. Ayer reveló su llamado a los federales luego de afirmar en los últimos días que Cuomo está obstaculizando “el camino de salvar vidas”.
Cuando se le preguntó específicamente cómo el gobernador estaba entorpeciendo las obras, De Blasio citó sus súplicas de más vacunas, hasta ahora en vano. “De muchas maneras, simplemente no estamos obteniendo una respuesta”, se quejó, citado por New York Post.