17 de diciembre de 2025

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Autoridades difunden nuevo video del presunto tirador de Brown mientras continúa la búsqueda

Brown
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Los investigadores reconocieron el martes que no existen indicios de estar más cerca de identificar al agresor, en los videos difundidos hasta ahora, el sospechoso aparece con el rostro cubierto o de espaldas, lo que ha impedido una identificación clara, la descripción disponible lo define únicamente como una persona robusta, de aproximadamente 1,73 metros de altura.

La policía continúa rastreando la ciudad de Providence en busca de pistas que permitan esclarecer el tiroteo ocurrido el sábado en el campus universitario, las imágenes de cámaras de seguridad publicadas inicialmente por el FBI en internet, y retiradas posteriormente, muestran a una persona vestida de oscuro caminando durante cerca de una hora por distintas aceras, desde poco después de las 14:00 horas del sábado.

Algunos fragmentos del material audiovisual muestran al individuo pasando varias veces frente a las mismas propiedades. En uno de los videos, la persona se da la vuelta de forma abrupta y corre en dirección contraria cuando alguien se acerca. Otros dos clips, captados minutos después del tiroteo, muestran al sospechoso alejándose de un estacionamiento y caminando por una calle cercana.

Las autoridades han recibido alrededor de 200 pistas, el jefe de la policía de Providence, el coronel Oscar Pérez, instó a los residentes a revisar sus sistemas de cámaras de seguridad en busca de cualquier grabación que pueda contribuir a identificar al presunto pistolero. «Estamos buscando un instante más breve que el tiempo que tarda alguien en respirar», afirmó.

La falta de cámaras y de imágenes claras del agresor continúa generando frustración tanto en las fuerzas del orden como en la comunidad universitaria, aunque la presidenta de Brown, Christina Paxson, confirmó que el campus cuenta con unas 1.200 cámaras de seguridad, la policía sostiene que no existe una grabación nítida del tirador dentro del edificio de ingeniería.

El fiscal general de Rhode Island, Peter Neronha, defendió el avance de la investigación y aseguró que va «realmente bien», al tiempo que pidió paciencia a la población. Subrayó que aún persisten interrogantes clave, especialmente sobre los motivos del ataque, y advirtió que especular sobre posibles vínculos étnicos, políticos o culturales «es un camino peligroso».

El impacto del ataque se reflejó el martes en un servicio religioso celebrado en el campus, al que asistieron unas 200 personas en memoria de las víctimas, entre ellas estuvo Chris Kremer, exalumno de Brown, quien vive a una cuadra del lugar del tiroteo y aseguró que muchos miembros de la comunidad reflexionan sobre lo fácil que habría sido estar entre las víctimas. «Siempre es agradable estar en un gran espacio cuando tienes pensamientos profundos», señaló. «Supongo que, durante miles de años, la gente ha encontrado que eso es algo así como un bálsamo».

El tiroteo y la huida del agresor también reavivaron el debate sobre la seguridad en el campus, incluida la disponibilidad de cámaras y el estado de las cerraduras en los edificios. Paxson explicó que la universidad cuenta con dos sistemas de alerta: uno de emergencia, que envió mensajes de texto, llamadas y correos electrónicos a unas 20.000 personas, y otro compuesto por tres sirenas distribuidas en el campus, que no se activaron el sábado. Según la presidenta, hacerlo habría provocado que las personas corrieran hacia los edificios, incluido aquel donde se producía el ataque. «Por lo tanto, ese no es un sistema que usaríamos en caso de un tirador activo», afirmó.

Providence permanecía el martes en un clima de tensión, con un refuerzo policial en las escuelas de la ciudad para tranquilizar a padres y estudiantes. Diez patrulleros estatales fueron asignados a centros educativos, según confirmó el comisario del distrito, Javier Montañez. Las escuelas públicas cancelaron actividades extracurriculares y excursiones durante la semana como medida preventiva.

Mientras la investigación continúa, las reacciones en la comunidad reflejan tanto temor como rechazo a vivir paralizados por la violencia. «Por supuesto que da miedo. Pero al mismo tiempo, creo que si la persona quería realmente asustarnos, no deberíamos permitir que gane», expresó Tatjana Stojanovic, madre residente cerca del campus. Otros, como la estudiante Zoe Kass, cuestionaron el énfasis en las medidas físicas de seguridad. «El problema no son las puertas, son las armas», afirmó, al sostener que esas acciones solo crean «la ilusión de seguridad».