
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, está usando el cierre del Gobierno para despedir empleados federales y castigar a sus críticos políticos, en lugar de las suspensiones temporales habituales, la Casa Blanca advirtió que habrá despidos “inminentes” y recortes que podrían ser irreversibles en programas clave para los demócratas.
La Oficina de Gestión y Presupuesto (OMB) confirmó que suspenderá unos 18.000 millones de dólares destinados a proyectos de infraestructura en Nueva York, incluidos el metro y el Túnel Hudson, en la ciudad de los principales líderes demócratas del Congreso.
Trump elogió a su director de presupuesto, Russ Vought, a quien describió como alguien capaz de aplicar recortes más profundos de lo que normalmente sería posible, Vought, además, es uno de los arquitectos del plan conservador Proyecto 2025, que impulsa cambios drásticos en la administración federal.
El cierre alcanzó ayer su segundo día con un tono cada vez más elevado. Legisladores temían que el Congreso, encargado de aprobar el financiamiento, cediera poder a la Casa Blanca, en una llamada privada, Vought informó a republicanos de la Cámara que los despidos comenzarían en uno o dos días, como extensión del programa de eficiencia gubernamental impulsado este año por Elon Musk.
El líder demócrata de la Cámara, Hakeem Jeffries, denunció: “Estas son todas cosas que el gobierno de Trump ha estado haciendo desde el 20 de enero. La crueldad es el objetivo”.
La Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO) estimó que 750.000 trabajadores federales quedarían suspendidos cada día del cierre, con una pérdida de 400 millones de dólares diarios en salarios, además, advirtió que el paro podría reducir la demanda agregada, frenar el PIB y afectar la economía privada, “Cuanto más tiempo dure esto, más dolor se infligirá”, alertó el presidente de la Cámara, Mike Johnson.
El estancamiento político se profundiza. Trump y los líderes del Congreso no prevén reunirse pronto. El Senado regresa el viernes y la Cámara la próxima semana, tras el receso por Yom Kippur, los demócratas insisten en mantener fondos para la atención médica, mientras que la Fundación Kaiser Family estima que las primas de seguros podrían más que duplicarse si no se aprueba el financiamiento.
El vicepresidente JD Vance afirmó: “Estamos dispuestos a tener una conversación sobre garantizar que los estadounidenses continúen teniendo acceso a la atención médica”, pero los republicanos insisten en que ese debate puede esperar.
Mientras tanto, la Casa Blanca ha buscado recursos alternos, el gobierno puede usar fondos ya aprobados para pagar a empleados de Defensa y Seguridad Nacional, garantizando la continuidad de las deportaciones masivas. Sin embargo, trabajadores de otras agencias deberán esperar a que finalice el cierre para recibir su salario.
La OMB también ha intentado revertir fondos aprobados por el Congreso para programas como Head Start, proyectos de energía limpia, medios públicos y ayuda internacional, la Oficina de Responsabilidad Gubernamental denunció que varias de estas acciones violan la ley. Aun así, la Corte Suprema permitió la semana pasada que se mantuviera la rescisión de casi 5.000 millones de dólares.