
Yuleyka Polanco, una mujer con formación profesional y convicciones cristianas, decidió unir su vida en matrimonio con Michael, quien cumple una condena de 30 años dentro de un recinto penitenciario en República Dominicana.
Esta historia ha captado la atención de numerosas personas en plataformas digitales debido a la singularidad de su vínculo, construido sobre fundamentos espirituales y sostenido por la fe.
El primer contacto entre ambos tuvo lugar entre los años 2011 y 2012, cuando Yuleyka participaba en una jornada de evangelización organizada por el ministerio de su iglesia. En ese momento, Polanco asistía mensualmente a cárceles y hospitales, acompañada de su madre, quien ya era parte activa de su comunidad de fe. Fue en una de estas visitas que conoció a Michael, sin que existiera intención de establecer una relación más allá de lo espiritual.
Según su relato, el vínculo surgió de forma espontánea, mediante conversaciones basadas en la fe, oración y reflexiones compartidas. Michael le expresó sus sentimientos desde las primeras interacciones y manifestó un deseo de transformación personal. A lo largo del tiempo, fue mostrando signos de cambio, con el propósito de renovar su vida y buscar el favor de Dios, decisión que Polanco valoró profundamente.

La relación enfrentó resistencia por parte del entorno de Yuleyka. Su familia, y en especial su madre, mostró inicialmente rechazo, al igual que varios líderes religiosos de su congregación, quienes, aunque no desacreditaron la fe de Michael, sí expresaron reservas frente a la formalización de una relación en esas condiciones. Aun así, Polanco persistió, motivada por lo que ella define como una orientación espiritual clara.
“Dios me dio una palabra, y eso es lo que me sostiene”, afirmó Polanco. En su búsqueda de confirmación, realizó ayunos de tres días y buscó señales que validaran su decisión. Finalmente, su madre experimentó un momento espiritual significativo que la llevó a aceptar el compromiso de su hija, brindándole respaldo emocional desde ese punto en adelante.
El matrimonio se llevó a cabo dentro del centro penitenciario, en una ceremonia privada y adaptada a las condiciones del lugar. No fue posible realizar una celebración tradicional, por lo que la unión se oficializó de forma discreta. Posteriormente, compartieron su primera comida como esposos en el área designada para visitas conyugales, conocida como goleta.
Actualmente, Yuleyka continúa trabajando como secretaria docente en una universidad, donde ha desarrollado su carrera durante más de diez años. No oculta su historia, y por el contrario, la comparte abiertamente. “Nunca sentí vergüenza”, expresó, indicando que su testimonio busca inspirar a otros a través de un mensaje de fe y transformación.
Michael, por su parte, lidera un ministerio desde la prisión, utilizando plataformas como TikTok para compartir contenidos centrados en valores espirituales. Junto a Yuleyka, ha logrado construir una dinámica de colaboración que refuerza su labor evangelizadora.
La historia de esta pareja ha motivado reflexiones en torno a temas como la transformación interior, el compromiso personal, la fe y el acompañamiento en situaciones complejas. Yuleyka continúa firme en su decisión, acompañando el proceso espiritual de su esposo y confiando en que llegará el momento en que puedan vivir su relación fuera del entorno penitenciario.