Mientras el presidente Javier Milei se trasladaba desde la Casa Rosada hasta el Congreso para dar su primer discurso de apertura de sesiones ordinarias del Congreso, cinco ciudadanos que adhieren a sus ideas políticas desplegaban una bandera de La Libertad Avanza. Eran las 20.35, y de a poco un grupo contrario de manifestantes empezaron a acercarse al grito de “la patria no se vende”.
Fue el primer incidente entre las dos fracciones políticas enfrentadas. Al grupo libertario le sacaron la bandera y empezaron a golpearlo. “Es el calvario de siempre, vinimos a la plaza a festejar la democracia y los fascistas de siempre se creen los dueños de la plaza. Somos argentinos de bien, trabajamos y venimos a celebrar que tenemos un presidente que tiene ideas de libertad y de futuro”, contó Eduardo a LA NACION, un comerciante que había sido golpeado y tirado al piso por un grupo de personas. “Éramos cinco o seis y vino una banda que nos quería pegar y robar”, amplió al contar que le sacaron la bandera con la que había llegado hasta la Plaza del Congreso.
Al comerciante lo agredieron entre unas cinco personas, lo tiraron al piso y le arrebataron la bandera, mientras algunas personas que también estaban en el mismo área del espacio público se acercaron para evitar que se descontrolara la situación. Tres mujeres se acercaron a auxiliar al hombre agredido y lograron que se dispersara el tumulto. “La plaza es pública”, le gritaron a quienes le habían pegado al comerciante. “Qué filmas”, gritó uno de los agresores a quienes intentaban captar las imágenes de la trifulca con sus celulares.
A pocos metros del Congreso, desde la vidriera de Igualar, la organización de Carmela Moreau, mucha gente seguía el discurso de Milei en silencio, aunque de fondo se podían escuchar algunos gritos contrarios. “Vas a destruir a la Argentina” y “andá a vivir a Estados Unidos”, vociferaban desde la avenida Rivadavia algunos enojados con las palabras presidenciales que se sucedían en el recinto legislativo.
Por momento, mientras adentro del Congreso los legisladores libertarios cantaban “la casta tiene miedo”, en la calle había pocos libertarios y los grupos de izquierda y las organizaciones sociales que protestaban en contra de las medidas del gobierno sobre la avenida Rivadavia se peleaban entre ellos porque pensaban que estaban mezclados con seguidores del Presidente.
Sobre la avenida Callao, a pocos metros del Congreso, quedó apostada la guardia de honor de los Granaderos a Caballo que escoltó la caravana presidencial entre la Casa Rosada y el palacio legislativo. En esa misma zona, se ubicaron vehículos de las fuerzas de seguridad encargadas de vigilar las manifestaciones que se daban en las calles.
Cuatro mujeres escuchan el discurso presidencial en Solís e Hipólito Yrigoyen con rostros sombríos. “Es nefasto”, dicen el relación a las palabras que Milei pronuncia. “Nos preocupa todo y, sobre todo, la gente que aplaude. Somos docentes. Nunca nos va a cerrar nada de lo que diga ni nos va a incluir jamás”, dijo Pol Siede, docente porteña.
Un movimiento diferente
Desde temprano, en tanto, las organizaciones sociales se agruparon delante del Congreso de la Nación. Con banderas, cánticos y discursos mostraron su malestar a las políticas que quiere implementar el gobierno de Javier Milei. “Plan de lucha hasta derrotar a Milei”, ““Abajo el DNU y el plan de ajuste de Milei y el FMI” y “Juicio Político”, fueron algunas de los reclamos de los manifestantes en las calles. Entre las agrupaciones se destacan el El Polo Obrero, la Izquierda Socialista, el MTR y MST y PTS. Días previos ya habían anticipado que iban a estar en las afueras del recinto legislativo en “rechazo de este plan de guerra contra los trabajadores”. Se espera que los libertarios, por su parte, ocupen también un lugar en las inmediaciones del Congreso para apoyar al presidente Milei.
A las 17, en la Avenida 9 de Julio se advierte un movimiento diferente. Al doblar por la Avenida de Mayo, las vallas están escoltadas por largas columnas de gendarmes con cascos. A esa altura no hay movimiento de organizaciones sociales; las personas que salen de sus trabajos forman fila sobre la vereda y suben a los colectivos en los espacios libes que se dejaron entre reja y reja. Aún a tres cuadras del Congreso y a cuatro horas del discurso nadie puede esperar sobre la calle.
Las camionetas negras de la Policía de la Ciudad están estacionadas en las inmediaciones. Oficiales de la Policía Federal Argentina (PFA) circulan en fila de tanto en tanto. Grupos de gendarmes caminan por las laterales. Los policías de la Ciudad parecen haber quedado sobre la Avenida 9 de Julio. Un agente de la Gendarmería camina con un malinois, uno de los más inteligentes del mundo.
El despliegue de efectivos en sus distintos colores es llamativo. “Nunca vimos tantos gendarmes”, dice Guillermo Medina, dueño de una agencia de lotería. Asegura además no haber visto todavía grupos de movimientos sociales. Para comerciantes como él, el exceso de seguridad le da tranquilidad. El cambio de horario del discurso hacia la noche les ayuda además a no perder el día.
Enfrente del Teatro Avenida hay al menos 40 gendarmes ordenamos milimétricamente como una regla. A medida que la gente se acerca a la Plaza del Congreso, se ven las filas de la Policía Federal. En la esquina de la Avenida de Mayo y San José, en un piso alto, flamea una bandera que dice “El INADI no se cierra”.
La Plaza del Congreso no está concurrida, a medida que se avanza hacia Virrey Ceballos comienzan a llegar algunos manifestantes con banderas todavía enrolladas. “Nos sumamos por el descontento social que generan las medidas de Milei”, dice Edgardo Cardozo, docente de educación media y militante de la Izquierda Socialista, que lleva uno de los carteles del movimiento “Abajo el DNU y el plan de ajuste de milei y el FMI”. Adelante, dos de sus compañeros portan una bandera grande que luego se plantará frente a la cúpula.
Leandro Améndola delegado de ATE y militante PTS asegura que están para defender el trabajo de los despidos públicos y privados que se están dando. “Nos vamos a quedar hasta que termine el discurso. Es nuestro mensaje político. No queremos incidentes”.
Mate en el césped
Entre los bancos y en el césped empiezan a verse algunos grupos de personas que esperan, toman mate y hablan. Tres mujeres están cerca de algunos hombres agrupados, dicen que no quieren hablar y que solo fueron a pasar la tarde en ese espacio público.
Después de Rodríguez Peña, ya no es posible cruzar la avenida Rivadavia. Vallas y la Policía Federal no lo permiten. El sonido de tambores y redoblantes empieza a ser más fuerte casi como si se estuviese acercando. Sobre Solís están emplazados cada uno de los movimientos: MST, Polo Obrero, la Izquierda socialista, PST y MTR. Las bandera individuales abundan, las de varios metros le plantan cara al Congreso. Una joven canta con un micrófono arriba de una camioneta; una y otra vez repite “huelga general”.
“Estamos acá para repudiar la situación en la que está en país”, dijo Mauricio de Esteban Echeverría, mientras sostiene uno de los palos de una bandera de tres metros del MST. Estela Fuentes forma parte del mismo movimiento, trabaja en una cooperativa de Barrionuevo y llegó desde Merlo: “Estamos porque Milei se está pasando con los ajustes. Les saca a los jubilados, a los pobres y no entrega mercaderías”. Asegura que a pesar de tener 700 banderas todavía falta llegar gente del movimiento. “Algunos van a esperar para ver qué dice y luego van a venir”, anticipó. A unos metros de ella un cartel su organización dice: “CGT, paro y plan de lucha YA!”
Ezequiel Mendoza pertenece al Polo Obrero; él estuvo a las 10 en el Obeslico y llegó al Congreso a las 17. “Repudiamos el DNU y el plan de ajuste de Milei”, manifestó el vendedor ambulante que, tal como asegura, la situación económica no le permite reponer para vender. “Nadie compra”, aseguró.
“Queremos tirar abajo el DNU, dije Eliana Figueredo que es enfermera y militante del PST. “Ya veníamos con inflación, pero este tarifazo es insostenible. Yo trabajo 8 horas para comprar un kilo de carne”. A sus espaldas, en un cartel se lee: “Plan de Lucha para derrotar el Plan de Milei y el FMI”.
“Los que menos tenemos no podemos subsistir”, dice Guillermo Vesga que lleva una bandera celesta y blanca del MTR. “Nos tenemos que unir para derrotarlo. Hay que echarlo. Él representa a los pulpos financieros”.
El movimiento Nuevos Más empieza a acomodarse en el lugar que parecen haberle dejado y tiene un mensaje para la CGT: “Queremos exigirles un paro de 48 horas de carácter general con mayor peso”.
Tres mujeres están en la vereda. No saben por qué están ahí; una de ellas teje al crochet casi a los pies de la manifestación.