
Santo Domingo aún no se recupera del impacto emocional provocado por el colapso de la discoteca Jet Set, y uno de los sobrevivientes del trágico evento ha compartido su historia.
Se trata de Misael Abreu, pianista de Rubby Pérez por más de cinco años, quien estuvo presente durante el derrumbe ocurrido en la madrugada del martes 8 de abril de 2025. Su testimonio ha estremecido a la comunidad, revelando detalles angustiantes del momento en que todo cambió en cuestión de segundos.
Todo ocurrió mientras el grupo interpretaba el tema “Fiesta para Dos“. Misael relató que durante la canción notó algo extraño en el techo del lugar. “Yo pude percibir minutos antes cuando comienza a caer el borbillo, cuando cae la loseta se rompe y la gente comienza a dispersarse”, explicó.
A pesar de eso, continuó tocando junto a sus compañeros, pensando que tal vez no era algo grave. El momento más crítico llegó justo cuando se preparaban para tocar “Color de Rosa”, que terminaría siendo la última canción de la noche.
Fue entonces cuando su compañero, el bajista, le pidió el iPad con el que estaban grabando el evento. Ese pequeño acto le salvó la vida. “Yo me quito de la viga blanca porque si se fijan los primeros temas, que hay muchos vídeos frecuentando, yo estoy debajo de la viga blanca que le cae a Rubby”, recordó.
Al comenzar la canción, Misael movió su piano unos pasos hacia atrás. Cuando iban por la segunda estrofa, sucedió lo inesperado. “Yo hago como una explosión”, describió, refiriéndose al estruendo del techo al colapsar. En medio del polvo, los gritos de auxilio y la confusión, escuchó a la hija de Rubby Pérez gritar: “¡Ay! Se mató Chican.” También la escuchó gritar repetidamente “papi, papi, papi”, en medio del caos.
Con el rostro cubierto de polvo y aturdido, Misael logró llegar hasta una puerta de emergencia. Estaba cerrada, pero pudo encontrar el pestillo y con ayuda desde el exterior lograron abrirla. “Y yo pude salir, yo caí de boca al conten, a la acera, porque hay una escalerita ahí”, relató.
Una vez afuera, gritó desesperado: “Señores, ahí hay como 400 muertos, muévanse, muévanse, que acaba de desplomarse el techo”.
Misael dijo que, en medio del derrumbe, solo pensaba en su familia y le pedía a Dios que no lo dejara morir. A pesar de las heridas físicas y emocionales, logró sobrevivir. Ahora, aunque seguirá en la música, busca un tiempo de calma. “Dios mío, gracias por estar vivo”, fueron sus primeras palabras al salir.
Este testimonio forma parte de las muchas historias de quienes vivieron el desastre en Jet Set. La tragedia ha marcado un antes y un después en la vida de artistas, trabajadores y fanáticos de la música que se encontraban esa noche en el lugar.
Misael Abreu, con su relato, nos recuerda cuán frágil puede ser la vida y cuán valioso es cada segundo cuando todo cambia sin aviso.