La profunda crisis que atraviesa Venezuela afecta a todos los rubros. A la escasez de alimentos, la inflación y la inseguridad, se suma el problema de los combustibles, que también escasean y hacen difícil la movilidad de las personas y la distribución de los alimentos.
De acuerdo a lo que subrayaron expertos petroleros y el sindicato de PDVSA, en diálogo con La Prensa de Lara, las fallas responden a la escasa producción que existe en las refinerías Cardón, del Complejo Refinador de Paraguaná en el estado Falcón; y El Palito en Puerto Cabello, en el estado de Carabobo, únicas dos plantas de las cinco que existen en el país que operan al mínimo de su capacidad instalada.
El secretario general de la Federación Unitaria de Trabajadores Petroleros de Venezuela (Futpv), Iván Freites, manifestó desde el exilio: “La producción nacional de gasoil es de aproximadamente 40 mil barriles diarios, pero de esa cantidad la cuota que se le envía a Cuba son 500 mil barriles al mes y eso es obligatorio. Eso representa que del total de la producción que está produciendo PDVSA, el 42% es enviado a la isla como parte de los convenios entre La Habana y Caracas.
En conversación con el medio citado, el economista petrolero Rafael Quiroz dijo que Venezuela requiere una producción diaria de diésel que ronde los 90 mil o 100 mil barriles para abastecer la demanda total de parque automotor y el agro.
FOTO DE ARCHIVO. La refinería El Palito, que pertenece a PDVSA, en Puerto Cabello, en el estado de Carabobo. 2 de marzo de 2016.
“Hasta 2012 el país produjo 300 mil barriles diarios de este combustible, una cantidad considerable que daba hasta para exportar”, recordó consultado por La Prensa de Lara. Esto representa que hay un déficit del 60% de la producción de gasoil.
“Hay fallas de todo tipo, en el área de exploración, de producción de crudos, de refinación, de producción de todos los derivados del petróleo, de comercialización y de transporte. Es un problema integral y la única manera de solucionarlo es con el cambio del gobierno”, agregó.
Siguiendo la misma línea, el economista José Toro Hardy, ex director de PDVSA, fue contundente. “La escasez del gasoil deriva en que no hay producción. El gobierno tiene destruidas las refinerías, no les han hecho mantenimiento, despidieron al personal capacitado, la producción petrolera se ha venido estrepitosamente abajo y es un desastre polifacético”, sostuvo.
Un problema derivado de este son las fallas eléctricas porque, así como no hay gasoil para la agricultura ni para el transporte de alimentos o de pasajeros, tampoco las plantas termoeléctricas cuentan con este combustible, lo que hace que los apagones perduren en el tiempo.
Problemas de larga data
Los problemas de escasez de combustibles en Venezuela comenzaron mucho antes de las sanciones de EEUU debido a la muy reducida producción de sus refinerías, que en conjunto tienen una capacidad de 1,3 millones de barriles por día (bpd).
La aguda escasez de gasolina ha interrumpido la distribución de alimentos y ha impedido que médicos lleguen a sus turnos en hospitales.
Ana Herrero, una residente de 32 años de la ciudad occidental de Maracaibo, dijo a Reuters que no pudo encontrar gasolina para transportar a su madre al hospital después de un ataque cardíaco.
“Se me murió en los brazos”, dijo Herrero en una entrevista telefónica, y agregó que más tarde tuvo que gastar 45 dólares para comprar gasolina en el mercado negro y llevar los restos de su madre de la morgue al cementerio.