AFP-. Al recordar el accidente de tráfico que le hizo perder una pierna con siete años de edad y a los niños que le arrebataban la muleta para hacerle ir al suelo, Gui Yuna no puede evitar que las lágrimas acudan a sus ojos.
Casi tres décadas más tarde, las imágenes de esta culturista con una pierna mutilada, ayudada por una muleta, en bikini y con zapato de tacón, han dado la vuelta a China a través de las redes sociales.
Su determinación y su personalidad optimista son un modelo en un país en el que las personas con discapacidad permanecen a menudo marginadas.
«Es posible que esté en primera plana no por mi profesionalidad o por mis músculos, sino porque tengo confianza en mí misma y tengo la valentía de subir al escenario y mostrarme ante todo el mundo», explica a la AFP al término de un entrenamiento en un gimnasio de Shanghái.
Aunque casi no tiene ningún recuerdo del día en que fue atropellada al regresar de la escuela, no olvida las humillaciones que sufrió desde entonces.
En el colegio, sus compañeros no dudaban en dar una patada a su muleta para hacerle caer al suelo. Su pierna derecha fue amputada a la altura superior del muslo.
– Insultos y violencia física –
«Me trataban de impedida o de ‘gato con tres piernas’, recuerda Gui Yuna entre lágrimas.
«La mayor parte del tiempo sufría insultos y a veces incluso violencia física».
«La primera vez que me hicieron caer lloré, pero enseguida me acostumbré y me dije: ‘puedes maltratarme como quieras, pero no pasará nada porque soy valiente’».
Originaria de la ciudad de Nanning, en el sur de China, la culturista creció al lado de su madre, después de que su padre falleciese antes de su nacimiento.
Maltratada por los azares de la vida pero con una determinación a toda prueba, logró clasificarse en el equipo chino para los Juegos Paralímpicos de Atenas-2004, terminando séptima en su categoría en salto de longitud.
También hizo salto de altura, y tiro con arco, y participó en el relevo de la llama olímpica en los Juegos Paralímpicos de Pekín-2008.
– «Agradecimiento» –
Tras dejar la competición en 2017, esta mujer vivió nuevas discriminaciones en el plano profesional, con los empleadores recriminándole que no correspondía a su ‘imagen’ como empresa.
«Trataban de dar a entender que iba a perjudicar su imagen», afirma la joven, que dice haber postulado para una veintena de empresas y que todas le dieron la misma respuesta.
Numerosos internautas la felicitaron por sus inicios en el culturismo, donde causó sensación por su traje tradicional llamado qipao, y por su victorias ante rivales sin discapacidad física.
Pero ella ha aprendido a vivir sin su pierna derecha, hasta el punto de olvidar por momentos que carece de ella.
«Mucha gente piensa que el destino no fue cariñoso conmigo, pero yo no lo creo así», estima la culturista, quien trabaja para una empresa de decoración de interiores.
«Estoy agradecida por el hecho de haber conocido estas dificultades porque gracias a ello crecí, y me hice más fuerte y lo que soy hoy en día», asegura.