Timothy Brehmer, un policía de 41 años, fue sentenciado a 10 años y medio de cárcel por el delito de homicidio involuntario, tras el asesinato de la enfermera Claire Parry dentro de su automóvil el 9 de mayo de este año. Esto sucedió por una discusión entre ambos, la cual se originó después de que ella le revelara a su esposa la aventura que sostenían desde hace una década.
En el juicio se dio a conocer que la señora Parry, madre de dos hijos y quien estaba casada con otro oficial de policía, se reunió con el acusado frente a un bar en West Parley, Inglaterra, el día que sucedieron los hechos. Ahí tomó su teléfono para revisar sus mensajes en redes sociales y después envió un mensaje a la esposa de Brehmer con la frase: “Te estoy engañando”.
Eso provocó el enojo de Brehmer, quien estranguló a Parry dentro del vehículo. Después de unos minutos, a la escena llegaron policías y paramédicos, quienes atestiguaron el momento en que rompió en llanto, mientras pronunciaba la frase “la he cagado”, además de intentar justificarse: “Le iba a decir todo a mi esposa, me iba a quedar sin mi hijo”.Uno de los paramédicos que atendió la escena, Samer Al-Khateb, explicó a los medios de comunicación que cuando llegó al lugar, se dio a la tarea de revisar a Parry, quien tenía sangre seca en el rostro y una decoloración alrededor del cuello.
La enfermera Claire Parry era madre de dos hijos. (Foto: Archivo)
“Tenía los labios azules, era obvio para mí que no respiraba. Le revisé el pulso y no lo tenía”, dijo otro de los especialistas que estuvieron en el lugar aquel día, a lo cual otro complementó: “Algunas veces logramos recuperarla, pero (su pulso) era muy lento y débil”. La señora Parry, originaria de Bournemouth, murió en el hospital al día siguiente debido a una lesión cerebral causada por compresión de cuello.
De acuerdo con el juez Jacobs, del Tribunal de la Corona de Salisbury, la sentencia sobre Brehmer estaba basada en el hecho de que había perdido el control de sí mismo después de que ella enviara el mensaje de texto y no sobre la base de que tenía alguna intención de matarla o causarle daño grave.
“Estoy seguro de que tomó deliberadamente a Claire Parry por el cuello aplicando una fuerza significativa con el antebrazo o la curva del codo durante un periodo, mientras ella luchaba contra usted, causando así lesiones graves”, describió el juez, quien acotó que era “difícil imaginar una situación en la que una pelea en el automóvil se impartiera el grado de fuerza necesaria o pudiera explicar el alcance y gravedad de las lesiones”.
Por su parte, Brehmer declaró que no se había dado cuenta de que Parry se encontraba en malas condiciones, pero el juez reviró diciendo que para él, como oficial de policía capacitado, “debía ser obvio” que no respiraba.
Timothy Brehmer era oficial adscrito al Servicio Aéreo de la Policía Nacional con sede en el aeropuerto de Bournemouth, pero fue despedido el mes pasado. (Foto: Archivo)
«No hiciste nada para tratar de ayudar a Claire Parry, no le preguntaste cómo estaba. Eso fue porque lo sabía. (…) Antes de que caminaras hacia la entrada del estacionamiento, debiste haber visto cómo estaba ella, con medio cuerpo colgando fuera del auto»
Sobre la lucha, Brehmer declaró que no había querido lastimar a Parry y más bien se había había caído sobre ella por accidente. “Estaba tratando de agarrarla, mi brazo la rodeaba… era sólo un alboroto. Estaba esforzándome por sacarla y ella estaba haciendo todo lo posible para permanecer dentro”, comentó.
A pesar de esas declaraciones, la determinación del juez en torno al castigo que recibirá Brehmer causó indignación, pues podrá solicitar la libertad condicional después de cumplir dos tercios de su sentencia en prisión. “Cuando piensas que Andrew Parry nunca volverá a ver a su esposa y que sus hijos nunca volverán a ver a su madre, debes preguntarte si diez años es un castigo adecuado”, dijo un policía al diario Daily Mail.
En el momento en que sucedió este hecho, Brehmer era oficial adscrito al Servicio Aéreo de la Policía Nacional, con sede en el aeropuerto de Bournemouth, pero el mes pasado fue despedido tras una audiencia disciplinaria. “Nuestro deber, ante todo, es proteger al público y que un oficial en servicio tome la vida de otro de esta manera es incomprensible”, declaró el jefe de la policía, James Vaughan.