Turquía abandonó este sábado la Convención de Estambul, un tratado panaeuropeo para prevenir la violencia contra las mujeres, firmado por 45 países hace una década.
La salida, anunciada en el boletín oficial del Estado, se tomó mediante decreto emitido por el presidente turco, el islamista conservador Recep Tayyip Erdogan, quien había firmado el mismo tratado cuando era primer ministro en 2011.
Turquía estuvo entre el grupo de 14 Estados pioneros, que en mayo de ese año ratificaron en Estambul la Convención sobre prevención y lucha contra la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica del Consejo de Europa.
El país euroasiático, que según sus críticos nunca aplicó la convención, se convierte así en el primer Estado en abandonar el tratado, tras haber sido, paradójicamente, el primero en ratificarlo.
“Bajo el liderazgo de nuestro presidente, continuamos nuestra lucha con determinación para que las mujeres participen más en la vida social, económica, política y cultural”, afirmó tras el anuncio Fahrettin Altun, director de Comunicación de la Presidencia turca.
Protestas contra la retirada de Turquía de la Convención de Estambul, un acuerdo internacional diseñado para proteger a las mujeres, en Ankara, Turquía, el 20 de marzo de 2021. REUTERS / Cagla Gurdogan
“¡Anula tu decisión, aplica el tratado!”, corearon este sábado miles de mujeres y hombres congregados en el distrito de Kadikoy, en Estambul. Los manifestantes portaban retratos de mujeres asesinadas y pancartas que rezaban: “Esta guerra la ganarán las mujeres”.
La intención del Gobierno turco de abandonar el tratado, liderado por el partido islamista AKP, generó protestas multitudinarias en varias ciudades del país el año pasado.
Erdogan aseguró en agosto de 2020 que se retiraría del acuerdo “si la gente lo desea” y anunció su intención de crear un tratado propio adaptado.
Grupos conservadores islamistas presionaron al AKP para esta retirada, al considerar que algunos artículos impactan negativamente sobre “la estructura familiar” y van en contra de los “valores nacionales”.
Alegan que el texto promueve la homosexualidad, por utilizar el término “orientación sexual”, y ataca los valores familiares, por describir las relaciones de “personas que viven juntas” sin especificar si están casadas.
En el propio AKP hay representantes críticos con abandonar el pacto, entre ellas algunas diputadas y KADEM, una organización de mujeres cercana al partido y cuya subdirectora es Sümeyye Erdogan, la hija del presidente.
Turquía registró 284 asesinatos de mujeres por motivos machistas durante 2020, según cálculos de Bianet, una ONG que lleva una década recopilando este tipo de casos, en ausencia de cifras oficiales.
La plataforma feminista Paremos los asesinatos de mujeres elevó ese mismo balance a 300 y añadió otros 171 casos de mujeres muertas en circunstancias sospechosas.