El Departamento de Comercio de Estados Unidos comunicó que aplicará un gravamen del 17% a la importación de tomates mexicanos, tras concluir sin acuerdo las conversaciones bilaterales para evitar esta medida.
Robert Guenther, vicepresidente ejecutivo del grupo comercial, afirmó que el arancel representa “una enorme victoria para los productores de tomates estadounidenses y la agricultura estadounidense”.
La medida busca incentivar el consumo de productos cultivados en Estados Unidos y reducir la dependencia del mercado mexicano, que actualmente suministra aproximadamente el 70% del tomate consumido en EE.UU., frente al 30% hace veinte años, según datos de la Bolsa de Tomate de Florida.
Reacciones y preocupaciones desde México
Por su parte, las autoridades mexicanas expresaron su desacuerdo con la imposición del impuesto. Marcelo Ebrard, secretario de Economía de México, declaró que el gobierno continuará explorando vías para suspender nuevamente la medida. En un comunicado emitido el lunes, Ebrard señaló que la decisión “solo afectará el bolsillo de los consumidores estadounidenses”.
El funcionario agregó que “el avance que han logrado los tomates frescos mexicanos en Estados Unidos se debe a la calidad del producto, no a prácticas desleales”.
¿Qué impacto tendría en consumidores y productores?
Este arancel podría encarecer significativamente los tomates para los consumidores estadounidenses, elevando los precios en supermercados y mercados locales, advirtieron expertos. Además, algunos productores mexicanos consideran que esta medida perjudicará sus ventas y economía familiar.
Mientras tanto, defensores del sector agrícola estadounidense sostienen que esta política ayudará a revitalizar una industria que ha visto disminuir su competitividad frente a importaciones baratas. Sin embargo, críticos argumentan que el aumento en costos afectará principalmente a quienes dependen del consumo diario de tomates frescos.
Las negociaciones entre ambos países continúan en busca de soluciones diplomáticas. Ebrard reiteró que México seguirá trabajando para revertir o suspender el arancel impuesto por EE.UU., buscando proteger tanto a sus productores como a los intereses de los consumidores estadounidenses.
