Los familiares de Alexander Silva, un joven de 16 años que murió tras recibir un disparo por parte de un agente de la Dirección Central de Investigaciones Criminales (DICRIM) en Sabana Grande de Boyá, exigen justicia.
Según Juan Francisco Olivo, tío del fallecido, Silva fue enviado por un hombre a buscar a su esposa, lo que resultó ser una trampa.
Al llegar al lugar, el agente del DICRIM le disparó en la nuca sin previo aviso y luego lo arrastró hasta un centro médico. Olivo sostiene que el verdadero objetivo de los agentes era otra persona y que Alexander no estaba involucrado en los hechos.
La comunidad se encuentra conmocionada ante lo que consideran un crimen injusto, mientras que Olivo enfatiza la necesidad de erradicar este tipo de acciones por parte de las autoridades en pleno siglo XXI.
Felipa Mejía, abuela del menor, relató con dolor que, a pesar de que supuestamente se le indicó al agente que Alexander no era el objetivo, el policía decidió dispararle de todos modos.
La abuela describió que el cuerpo de su nieto fue arrastrado, presentando múltiples lesiones. Mejía afirmó que su nieto era un joven trabajador, ajeno a cualquier actividad delictiva, y simplemente cumplía con un mandado cuando ocurrió la tragedia.
El vocero de la Policía Nacional confirmó que el segundo teniente Rosario Bernardo Joseph, quien comandaba la patrulla esa noche, presuntamente fue el responsable del disparo que acabó con la vida del joven.
El agente será sometido a la justicia en las próximas horas, mientras el caso continúa bajo investigación. Las autoridades explicaron que los agentes seguían a un presunto delincuente, no a la víctima, y que el disparo fue un error.
Con el fin de evitar posibles protestas y disturbios en Sabana Grande de Boyá, la Policía Nacional ha reforzado sus unidades tácticas en la zona. Mientras tanto, el cuerpo de Alexander Silva permanece en el Instituto Nacional de Ciencias Forenses (INACIF) y será velado próximamente en su hogar en Sabana Grande de Boyá.
Los familiares han pedido al presidente Luis Abinader y al director de la Policía Nacional, mayor general Ramón Antonio Guzmán Peralta, que se haga justicia en este caso y que los responsables enfrenten las consecuencias de sus actos.