
Afganos desesperados pasaron la noche cavando con sus propias manos entre los escombros en busca de familiares desaparecidos, tras el fuerte terremoto de magnitud 6,0 que sacudió el este del país la noche del domingo y dejó al menos 800 muertos y más de 2.500 heridos, según cifras del gobierno talibán.
El temblor ocurrió a las 11:47 de la noche, con epicentro a 27 kilómetros al este-noreste de Jalalabad, en la provincia de Nangarhar, y a apenas ocho kilómetros de profundidad, lo que intensificó los daños. El impacto se sintió con mayor fuerza en la vecina provincia de Kunar, donde se registraron la mayoría de las víctimas, y fue seguido de varias réplicas.
Las imágenes difundidas muestran a rescatistas evacuando heridos en camillas hacia helicópteros, mientras sobrevivientes removían piedras y polvo a mano en medio de los gritos de auxilio.
“Los niños están bajo los escombros. Los ancianos están bajo los escombros. Necesitamos ayuda urgente”, relató un habitante del distrito de Nurgal, una de las zonas más golpeadas, que describió a su aldea prácticamente derrumbada.
Entre las historias de dolor, destaca la de Sadiqullah, residente de Maza Dara, quien fue sorprendido por el sismo mientras dormía. Logró rescatar a tres de sus hijos, pero quedó atrapado cuando la habitación colapsó.
“Mi esposa y dos hijos murieron. Yo quedé medio enterrado y tardaron horas en sacarme. Mi padre también resultó herido”, narró desde el hospital de Nangarhar.
Operativos de rescate y limitaciones
El vocero del Ministerio de Salud, Sharafat Zaman, informó que equipos médicos de Kunar, Nangarhar y Kabul se han desplazado a las áreas afectadas, aunque advirtió que muchas comunidades aún no han podido reportar cifras de víctimas.
El portavoz talibán Zabihullah Mujahid aseguró que “se utilizarán todos los recursos disponibles para salvar vidas”.
Las condiciones del terreno —montañoso, remoto y con precarias vías de comunicación— han dificultado las labores de auxilio. Desde el aeropuerto de Nangarhar se han movilizado vuelos para trasladar heridos a hospitales.
Contexto humanitario y reacciones internacionales
El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi, advirtió que la catástrofe se suma a la crisis humanitaria que vive Afganistán por la sequía y el retorno forzoso de millones de refugiados desde Irán y Pakistán.
“Esto añade muerte y destrucción a un país ya devastado. Urgimos a los donantes internacionales a no dudar en apoyar los esfuerzos de ayuda”, señaló en la red social X.
El sismo también se sintió en el noroeste de Pakistán, incluida la capital Islamabad, aunque sin reportes de víctimas ni daños. El primer ministro paquistaní, Shehbaz Sharif, expresó sus condolencias y ofreció apoyo al país vecino.
Antecedentes de desastres en Afganistán
Afganistán ha sufrido recientemente otros terremotos de gran magnitud. En octubre de 2023, un sismo de 6,3 grados y sus réplicas causaron miles de muertos en la provincia de Herat. El gobierno talibán habló entonces de unas 4.000 víctimas, mientras que la ONU estimó alrededor de 1.500. Fue considerado el desastre natural más mortífero en la memoria reciente del país.