El gobierno de Taiwán denunció este viernes que 20 aeronaves chinas ingresaron a su Zona de Identificación de Defensa Aérea (ADIZ), en lo que representa la acción de esta naturaleza de mayor calibre desde que comenzó a reportarlas el año pasado.
El ministerio de Defensa de Taipei indicó que desplegó misiles para “monitorear” la incursión, que tuvo lugar en la región sudoeste de suZona de Exclusión Aérea, y que envió advertencias por radio. También indicó que algunas de las aeronaves volaron a lo largo del sur de Taiwán y atravesaron el Canal de Bashi, que separa a la isla de las Filipinas.
La agencia Reuters reportó que las fuerzas armadas de Beijing estaban realizando ejercicios que simulaban una operación contra naves estadounidenses que suelen navegar por el Canal de Bashi. Entre las aeronaves detectadas se identificaron cuatro bombarderos Xian H-6K con capacidad nuclear y 10 aviones de combate Shenyang J-16.
Un caza Shenyang J-15/J-16 como los que fueron identificados por Taiwán (Wikipedia/Garudtejas7)
Según la agencia estatal CNA, la cifra de incursiones por parte de aviones militares chinos ha aumentado en los últimos meses. En octubre del año pasado, al menos 19 aviones militares chinos entraron en la ADIZ taiwanesa mientras que en septiembre cazas J-16 chinos cruzaron la línea media del Estrecho de Taiwán.
Las tensiones entre Beijing y Taipéi aumentaron considerablemente durante el mandato del ex presidente estadounidense Donald Trump, que dio prioridad al fortalecimiento de las relaciones con Taiwán, incluida la venta de armas, pese a que en 1979 Washington rompió sus relaciones con Taipéi, que se convirtieron en informales, tras reconocer a la República Popular.
Las acciones del viernes tuvieron lugar pocas horas después de que Taipei firmara su primer acuerdo con la administración de Joe Biden, el cual establece un grupo de trabajo entre ambas guardias costeras. Es una posible respuesta a una reciente ley china que permite a su propia guardia costera disparar contra naves extranjeras. La última sucedió el 24 de enero, cuando Taiwán denunció la incursión de 13 aviones de combate.
El presidente chino, Xi Jinping. EFE/EPA/ROMAN PILIPEY/Archivo
Taiwán se considera un territorio soberano con Gobierno y un sistema político propios bajo el nombre de República de China desde el final de la guerra civil entre nacionalistas y comunistas en 1949, pero Beijing mantiene que es una provincia rebelde e insiste en que retorne a lo que denomina patria común.
El régimen chino dice que Taiwán es una parte inviolable de China que debe ser reclamada, por la fuerza si es necesario, y se opone a cualquier reconocimiento diplomático de la isla democrática. Respecto de las incursiones, Beijing suele sostener que tienen como objetivo mostrar su determinación de defender su soberanía.
Tras recuperar el control de Hong Kong de forma contundente, Beijing ha lanzado repetidas advertencias a Taipéi con demostraciones de fuerza e intentos de impedir la navegación en el estrecho de Taiwán, que separa ambos territorios.
Miembros de las fuerzas armadas de Estados Unidos han advertido que una eventual invasión de China no está particularmente lejos en el tiempo. El comandante de las fuerzas de Washiington en la región, el almirante Philip Davidson, dijo a principios de marzo que ello podría suceder “en los próximos seis años”.
El almirante John Aquilino, nominado a suceder a Davidson en el puesto, dijo el martes que para China recuperar Taiwán es la “prioridad número 1″ y que la eventual invasión está “mucho más cerca” que la línea de tiempo dada por el actual almirante.