Sídney (Australia).- La senadora ultraderechista Pauline Hanson fue suspendida este martes del Senado australiano durante siete días, tras una polémica surgida la víspera al presentarse en el pleno cubierta con un burka.
La moción, impulsada por la ministra de Exteriores y líder del Gobierno en la Cámara Alta, Penny Wong, buscaba apartarla temporalmente después de un gesto que generó un rechazo generalizado entre los legisladores.
El incidente que desencadenó la crisis se produjo cuando Hanson entró el día anterior en el pleno vistiendo un burka, como protesta por la negativa a debatir su proyecto de ley para prohibir los velos integrales en espacios públicos.
Su acción obligó a suspender la sesión durante más de una hora, después de que se negara inicialmente a retirarse la prenda o abandonar la Cámara.
Aunque algunos senadores objetaron la medida, el procedimiento de votación quedó rápidamente cancelado cuando la propia Hanson intervino para señalar que «podía cancelarse», afirmando que «el pueblo me juzgará en las próximas elecciones», tras lo cual la presidenta del Senado dio por concluido el trámite.
El episodio tuvo lugar después de un debate especialmente tenso, en el que la Cámara había aprobado ya una moción de censura contra la senadora por 55 votos a 5, en una votación en la que incluso un miembro de la oposición, Andrew McLachlan, cruzó la sala para apoyar al Gobierno.
Conforme al reglamento, Hanson dispuso de cinco minutos para explicar su conducta o presentar una disculpa.
En su intervención, negó cualquier falta de respeto hacia las comunidades religiosas y acusó al Senado de impedirle representar a sus electores. «Negaron a los australianos la posibilidad de ser escuchados; ¿ustedes se atreven a cuestionar mi respeto por este lugar?», reprochó.
Para numerosos legisladores, el gesto fue un acto deliberado de provocación dirigido tanto al Parlamento como a la comunidad musulmana.
Wong y otros senadores criticaron el episodio por considerarlo irrespetuoso y peligroso, mientras que representantes de minorías religiosas lo calificaron de racista e islamófobo.
Hanson defendió su actuación como una «protesta simbólica», asegurando que quería llamar la atención sobre lo que describe como un problema de seguridad y de opresión hacia las mujeres.
Hanson lidera One Nation, un partido surgido a finales de la década de 1990 y conocido por sus posturas nacionalistas, su fuerte oposición al multiculturalismo y sus críticas a la inmigración.
La formación, con presencia intermitente en el Parlamento federal, centra su agenda en políticas de fronteras estrictas, mayores restricciones migratorias y el rechazo a lo que considera «privilegios» para minorías étnicas y religiosas.