
Cientos de puertorriqueños protestaron el domingo contra las maniobras militares de EE.UU. y la posible reactivación de bases en Puerto Rico, en medio del despliegue de buques militares en el Caribe.
El Secretario de Guerra estadounidense, Pete Hegseth, arribó este lunes 8 de septiembre a Puerto RIco, donde supervisó un entrenamiento de los efectivos a borde del buque anfibio USS Iwo Jima, desplegado al sur de las costas de la isla. Su presencia se da en paralelo al cuestionado despliegue militar de Washington en el Caribe bajo el pretexto de combatir el narcotráfico.
Hegseth elevó el tono de las maniobras militares a “ejercicio real en nombre de los intereses nacionales vitales de los Estados Unidos de América.” También se personó en la Base Aérea Muñiz, al este de San Juan, en compañía de la gobernadora local, Jenniffer González.
En las afueras de esa misma unidad, se manifestaron el día anterior cientos de puertorriqueños para rechazar las maniobras militares de Estados Unidos y la posible reactivación de bases operacionales en el archipiélago, como parte del despliegue bélico en el Caribe.

Convocados por la organización Madres contra la Guerra, los manifestantes expresaron consignas como “Puerto Rico sin milicia, queremos justicia” y “por la paz, vamos todos a luchar”, mientras escribían en el suelo expresiones de rechazo a la Casa Blanca como “fuera yanqui” y “Trump asesino”.
La portavoz de Madres contra la Guerra, Sonia Santiago, afirmó que Puerto Rico es “un pueblo ocupado, un pueblo invadido” por Washington y expresó su oposición a la presencia de bases militares estadounidenses ese territorio insular.
“Ahora, desde nuestra gran nación caribeña y latinoamericana, EE.UU. quiere invadir a Venezuela, eso me huele a lo que le ocurrió a Irak”, advirtió Santiago.
Denunció además que el despliegue militar responde al interés por el petróleo venezolano. “Se han buscado este embuste del narcotráfico para ocupar Venezuela y robarle sus recursos”, sentenció.

Madres contra la Guerra se suma a otros pronunciamientos contra las maniobras estadounidenses que incluyen desembarcos anfibios y operaciones de vuelo, así como el anuncio del Pentágono de desplegar diez aviones de combate F-35 en una base aérea de Puerto Rico, en una clara provocación a Venezuela.
Los manifestantes también corearon frases como “dile no, dile no, a las bases dile no” y “ejercicios militares dañan vidas y los mares”, en referencia a la presencia militar de EE.UU.
La Marina yanqui utilizó las islas de Vieques y parte de Culebra como campos de tiro hasta mayo de 2003, y la limpieza de restos de munición sin detonar permanece incompleta en ambos lugares.
Recientemente, el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP) exigió la cancelación inmediata de cualquier plan para “remilitarizar” Puerto Rico y presentó una resolución para que la Legislatura local solicite al presidente Donald Trump y al Congreso estadounidense el cese de estas acciones.

María de Lourdes Santiago, senadora y vicepresidenta del PIP, calificó las maniobras como “el último eslabón de una cuidada estrategia para reforzar el régimen colonial”.
Recordó que “fue la voluntad de miles de puertorriqueños y puertorriqueñas dispuestas a entregar su libertad por la paz, la que logró la desmilitarización de Vieques” y se unió a la convocatoria de Madres contra la Guerra para rechazar la reactivación de prácticas bélicas en suelo puertorriqueño.