Rusia anunció el domingo que realizó con éxito un lanzamiento de prueba de un misil balístico intercontinental capaz de transportar ojivas nucleares desde un submarino nuclear de cuarta generación.
El lanzamiento del misil Bulava, el primero en aproximadamente un año, se produce poco después de que Rusia revocara su ratificación del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (CTBT, por sus siglas en inglés).
“Como parte de la fase final del programa estatal de pruebas, el nuevo submarino nuclear estratégico Emperador Alejandro III disparó con éxito el misil balístico intercontinental Bulava” desde el Mar Blanco, informó el ministerio de Defensa ruso en un comunicado.
El misil alcanzó su objetivo, situado en un campo de pruebas en la península de Kamchatka, en el Extremo Oriente ruso, “a la hora prevista”, añadió.
El submarino Emperador Alejandro III, de clase Borei, está equipado con 16 misiles Bulava, según el ejército ruso.
Desde el inicio del conflicto en Ucrania en febrero de 2022, altos funcionarios rusos amenazaron en varias ocasiones con utilizar el arma nuclear, aunque en otras Putin mostró cautela al respecto.
Moscú desplegó armas nucleares tácticas en Bielorrusia, su aliado más cercano, en el verano de 2023.
El submarino Emperador Alejandro III, de clase Borei, está equipado con 16 misiles Bulava, según el ejército ruso.
Desde el inicio del conflicto en Ucrania en febrero de 2022, altos funcionarios rusos amenazaron en varias ocasiones con utilizar el arma nuclear, aunque en otras Putin mostró cautela al respecto.
Moscú desplegó armas nucleares tácticas en Bielorrusia, su aliado más cercano, en el verano de 2023.
El jueves, Putin promulgó una ley que revoca la ratificación por Rusia del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares, en un contexto de conflicto en Ucrania y crisis con Occidente.
Aunque nunca entró en vigor, el acuerdo fue ratificado por 178 países, incluidas las potencias nucleares Francia y Reino Unido, y tiene un valor simbólico.
Sus defensores afirman que establece una norma internacional contra los ensayos con armas nucleares, pero sus detractores afirman que el potencial del acuerdo sigue sin materializarse sin las ratificaciones de las principales potencias nucleares.
El Gobierno de Putin ha negado el inicio de una nueva carrera armamentística a pesar de que se ha desvinculado también de otros protocolos como el acuerdo bilateral con Washington que establece un marco para el desarme nuclear.
Pero en el contexto del conflicto en Ucrania, la revocación rusa fue percibida por los países occidentales como una mala señal. Para el jefe de la diplomacia estadounidenses, Antony Blinken, Rusia dio “un gran paso en la dirección equivocada”, y por ello instó a Moscú a no realizar este tipo de ensayos.