
Los senadores republicanos lograron este sábado, por estrecho margen, superar un obstáculo procesal crucial para avanzar el ambicioso proyecto de ley impulsado por el presidente Donald Trump, que contempla exenciones fiscales, recortes de gastos sociales y fondos para la agenda migratoria, con miras a su aprobación antes del 4 de julio.
La votación se resolvió con 51 votos a favor y 49 en contra, tras una sesión marcada por fuertes tensiones en el recinto legislativo. El vicepresidente JD Vance estuvo presente ante la posibilidad de un empate.
Dos senadores republicanos se unieron a los demócratas en contra de iniciar el debate, prolongando la sesión por horas mientras se negociaban apoyos. El paquete legislativo, de 940 páginas, fue publicado a última hora del viernes y se espera que sea debatido durante los próximos días. En caso de aprobación, deberá regresar a la Cámara de Representantes para una última votación.
La iniciativa busca hacer permanentes los recortes fiscales aprobados en el primer mandato de Trump y añade nuevas medidas, como la eliminación de impuestos sobre propinas y la asignación de 350 mil millones de dólares para seguridad nacional, incluyendo las labores de deportación. Sin embargo, los mecanismos para compensar los ingresos fiscales —con reducción de fondos para Medicaid, cupones de alimentos y programas sociales— han generado división interna. El senador Thom Tillis expresó que no respaldará el proyecto en su forma actual por el impacto que tendría en la cobertura médica estatal.
Pese al respaldo de la Casa Blanca, voces críticas como la del empresario Elon Musk calificaron la propuesta como “una completa locura” y “destructiva”.
La Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO) ha advertido que más de 10 millones de personas podrían perder atención médica y al menos tres millones quedarían sin ayuda alimentaria. Mientras tanto, persiste la disputa por la cláusula SALT, que establece deducciones de impuestos estatales y locales, ahora con un nuevo límite propuesto de 40.000 dólares por cinco años, lo que aún divide a los legisladores republicanos.
El liderazgo conservador espera cerrar filas y aprobar la legislación en los próximos días, mientras la presión de Trump para consolidar su política interna continúa en aumento.