La representante republicana de extrema derecha Marjorie Taylor Greene tiene dividido a su partido. El líder de la minoría republicana en la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, anunció este miércoles que no se tomará ninguna medida disciplinaria contra ella, pese al contundente mensaje del líder del mismo partido en el Senado, Mitch McConnell, que había expresado su deseo de que Greene rindiera cuentas.
La republicana de Georgia ha estado estos días en el ojo del huracán por sus comentarios racistas, de apoyo a las teorías de la conspiración y que incitaban a la violencia contra demócratas.
Sin nombrarla, McConnell se atrevió a calificar sus mensajes de “mentiras locas” y “cáncer para el Partido Republicano”. Pero sus compañeros en la Cámara de Representantes no opinan igual y no la sancionaron.
McCarthy lanzó un comunicado que cuestiona “pasados comentarios de y respaldados por Marjorie Taylor Greene en tiroteos escolares, violencia política y teorías conspirativas antisemitas” y apunta que “no representan los valores y creencias de la Conferencia Republicana en la cámara”.
“Yo condeno esos comentarios inequívocamente. Los condené en el pasado. Y continúo condenándolos hoy. Esta cámara condenó QAnon en el Congreso pasado y continúa haciéndolo hoy”, dice el líder republicano sobre el grupo que promueve teorías de la conspiración y con el que se relaciona la congresista por Georgia.
McCarthy asegura que le trasladó a Greene que tiene que mantener como congresista un mejor comportamiento que el que ha tenido como ciudadana. “Sus pasados comentarios tienen ahora un significado más grande. Marjorie lo reconoció en nuestra conversación. Le tomaré la palabra, así como sus acciones en lo adelante”, expresó el líder republicano en su comunicado.
Este jueves, la Cámara de Representantes votarán para sacar a Marjorie Taylor Greene de los comités en los que tiene presencia. Los demócratas ya están dando los pasos para que así sea.
