“Mami, dile a papi que venga pronto”, fueron las palabras de un niño de siete años cuando su madre se disponía a salir de su casa, en Villa Faro, para acudir al hospital Francisco Moscoso Puello, donde su esposo permanece ingresado desde el domingo.
Cabizbaja, sentada en una acera y con palabras entrecortadas, Maribel Villafaña, esposa de Rubén Darío Rodríguez, narró lo doloro-sa que ha sido la situación y llorando comentó que su hijo había enviado una carta a su padre en la que le cuenta lo mucho que lo extraña.
Mientras tomaba una toalla de su cartera para secar sus lágrimas, manifestó que su compañero de vida se encuentra en un delicado estado de salud, aunque no estaba con ventilación mecánica invasiva.
“Ay, santo Dios”, “seguro hasta yo lo tengo”, “esto no es fácil”, “es algo terrible porque uno no puede verlo siquiera», se lamentó durante varios minutos, visiblemente afectada.
Rodríguez, de 60 años, luego de permanecer durante ocho días en su casa bajo el cuidado de su esposa, con remedios caseros y otros indicados por el médico, empeoró y tuvo que ser trasladado al referido centro de salud.
Y es que los pacientes afectados por el virus, que llegan diariamente a las Unidades de Covid-19 de los hospitales de esta capital, acuden en el peor de los estados, cuando en ocasiones hay poco que hacer para ayudarlos, debido al deterioro de salud con que asisten.
Así lo informó la encargada de la unidad, Indhira Jiménez, quien a su vez indicó que hacen lo humanamente posible para salvar a esos pacientes.
Una situación similar ocurría en el mismo hospital, donde otra señora de nombre Miranda Marte hablaba por el celular con familiares a quienes manifestaba que su hermano de 37 años se encontraba en un estado muy difícil.
Con cara de preocupación, caminaba una y otra vez hacia la puerta de la Unidad Covid-19 en busca de alguna noticia por parte de los doctores que lo atienden, pero no le dieron nuevas informaciones de su pariente.
Larga espera
El escenario de espera de información seguía su curso en la Ciudad Sanitaria Luis Eduardo Aybar, donde no había gran flujo de familiares, mientras algunos de los que llegaban lo hacían con sus sillas de playa para aguantar la larga espera.
Cuando los familiares llegan a este centro son inscritos con el nombre del paciente, para posteriormente recibir la información del paciente.
Además, algunas cosas que llevan para el cuidado personal del paciente son entregadas con el nombre en un papel e indicando el bloque en el que están.
Ocupación camas
De acuerdo con el monitoreo realizado por el Servicio Nacional de Salud (SNS), el Moscoso Puello estaba en 100 % de ocupación de camas de ingresos, mientras la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), se encontraba en 90 %.
Asimismo, el Félix María Goico se encontraba en 100 % de ocupación en todas sus camas.
En cuanto a la Ciudad Sanitaria, contaba hasta el mediodía con 100 % de disponibilidad de camas hospitalarias y un 30 % en UCI.
De igual manera, tenían camas disponibles para internamiento los hospitales Santo Socorro, Marcelino Vélez Santana y Rodolfo de la Cruz Lora.
Según el boletín epidemiológico número 453, la ocupación de camas Covid-19 al nivel nacional fue de 51 %, es decir, 1,349 de 2,661 con que cuenta el sistema, mientras un 73 % de las camas para pacientes graves estaban siendo utilizadas y 292 pacientes estaban conectados a ventiladores, lo que equivale a un 58 %.
