En un artículo dedicado al 80 aniversario del comienzo de la Gran Guerra Patria para el semanario alemán Die Zeit, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, insta a la comunidad internacional a «reconocer y corregir» los errores del pasado.
En el texto, publicado bajo el título: ‘Estar abiertos pese al pasado’, el mandatario recuerda cómo el 22 de junio de 1941 los nazis, habiendo conquistado casi toda Europa, atacaron la URSS. Asimismo, enfatiza que los soldados soviéticos fueron a Alemania en una misión de liberación, y no «para vengarse», a pesar de los intentos de algunos de reescribir la historia.
Putin destaca que, tras haber sobrevivido a los horrores de la guerra, los pueblos de Europa «pudieron superar la alienación y restablecer la confianza y el respeto mutuos», embarcándose en un curso de integración. En este sentido, subraya en particular «el papel colosal» de la reconciliación histórica del pueblo ruso y de los alemanes —que vivieron tanto en el este como en el oeste de la Alemania unida moderna— en la formación de esta Europa.
La OTAN, «reliquia de la Guerra Fría»
El presidente puntualiza que Rusia intentó desarrollar sus relaciones con los europeos a partir de la lógica de la construcción de una Gran Europa unida por valores e intereses comunes. Sin embargo, pese a los esfuerzos tanto de Rusia como de la Unión Europea en este camino, «prevaleció un enfoque diferente», basado en la expansión de la OTAN, «que en sí misma era una reliquia de la Guerra Fría», se lamenta.
Vladímir Putin, presidente de Rusia»Toda la historia de la Gran Europa de la posguerra confirma que la prosperidad y la seguridad de nuestro continente común solo es posible mediante los esfuerzos conjuntos de todos los países, incluida Rusia»
Según Putin, la expansión del bloque hacia el este se convirtió «en la razón principal del rápido crecimiento de la desconfianza mutua en Europa». Desde 1999, «han seguido cinco oleadas más de expansión de la OTAN» y la organización incluyó a 14 nuevos países, incluidas las repúblicas de la ex Unión Soviética, lo que «enterró las esperanzas de un continente sin líneas divisorias«, denuncia el mandatario.
Además, muchos países «se enfrentaron a una elección artificial», incluso a un «ultimátum»: o estar con el Occidente colectivo o con Rusia», recalca Putin. En este sentido, recuerda que «las consecuencias de una política tan agresiva se pueden ver en el ejemplo de la tragedia ucraniana de 2014».
«Enormes oportunidades»
Ahora, «todo el sistema de seguridad europeo se ha degradado gravemente», mientras aumentan las tensiones y «los riesgos de una nueva carrera armamentista se vuelven reales», constata Putin. Y advierte: «estamos perdiendo las enormes oportunidades que nos brinda la cooperación», sobre todo en el contexto de los desafíos comunes, como la pandemia de coronavirus y sus nefastas consecuencias socioeconómicas.
Respecto a las causas de esta situación y las lecciones que debemos aprender del pasado, Putin hace hincapié en que «toda la historia de la Gran Europa de la posguerra confirma que la prosperidad y la seguridad de nuestro continente común solo es posible mediante los esfuerzos conjuntos de todos los países, incluida Rusia», uno de los estados europeos más grandes que siente su «inseparable conexión cultural e histórica» con Europa.
Rusia está abierta a «una interacción honesta y constructiva» y aboga por el «restablecimiento de una asociación global» con Europa, con la que tiene «muchos temas de interés mutuo», sostiene Putin.
El mandatario también recuerda que el mundo «se está desarrollando dinámicamente, se enfrenta a nuevos desafíos y amenazas» y, sencillamente, «no podemos permitirnos arrastrar la carga de malentendidos, quejas, conflictos y errores del pasado», porque nos impedirá «centrarnos en solucionar problemas urgentes».
Vladímir Putin, presidente de Rusia»Nuestro objetivo común e indiscutible es garantizar la seguridad continental sin líneas divisorias»
«Estamos convencidos de que todos debemos reconocer estos errores y corregirlos», indica el presidente ruso, para concluir: «Nuestro objetivo común e indiscutible es garantizar la seguridad continental sin líneas divisorias, un espacio común de cooperación igualitaria y desarrollo universal en nombre de la prosperidad de Europa y del mundo en su conjunto».