Santo Domingo, RD
En un Estado social y democrático de derecho nadie puede secuestrar el monopolio de los temas susceptible de generar ruptura, ni la iglesia – pues a pesar de nuestra matriz cristiana, somos un Estado laico -, ni los liberales extremos, algunos de los cuales rayan en la anarquía y, actualmente, tampoco el Congreso Nacional, puesto que para temas como este se creó el referendo.
Las causales para el aborto como mecanismo de excepción han dividido a la sociedad dominicana; el aborto como tal, es un crimen contra la vida igual que lo es su prohibición absoluta; no es una cuestión religiosa, es una cuestión legal que debe reglamentar una situación de la sociedad y, por ello, esta debe ser oída, empero ya no desde los medios de comunicación a través de los cuales cada grupo planteó su criterio, sino mediante una consulta.
Abrir las puertas al aborto sin controles sería un desatino, cristiano y legal, pero enterrar la cabeza y pensar que con ello la tormenta pasará, también: Ninguna ley va a eliminarlo, lo único que haría es aumentar el riesgo de las mujeres humildes porque las acomodadas se van a otro país en donde sea legal como durante años hicieron las españolas.