El jefe de la diplomacia estadounidense, Mike Pompeo, sugirió en una entrevista difundida el martes que quiere regresar a Cuba a la lista negra de estados patrocinadores del terrorismo, tildando de “malvado” al gobierno comunista de La Habana, que rechazó esta eventual movida de Washington.
En diálogo con Bloomberg News, Pompeo confirmó que el Departamento de Estado evalúa tomar esa medida antes de su salida del cargo el 20 de enero, frenando así un eventual acercamiento diplomático del futuro presidente estadounidense Joe Biden con La Habana.
“No hacemos públicas las decisiones que se tomarán sobre las designaciones, pero el mundo conoce la mano malvada de Cuba en muchos lugares”, dijo Pompeo en declaraciones al programa de televisión del inversionista David Rubenstein.
Como “ejemplo perfecto” de esa intervención de Cuba, Pompeo destacó el firme apoyo al mandatario de Venezuela, Nicolás Maduro, a quien el gobierno de Donald Trump considera un dictador y ha intentado derrocar sin éxito, diciendo que La Habana ha “infligido un dolor masivo al pueblo venezolano”.
“Es completamente apropiado que consideremos si Cuba de hecho patrocina el terrorismo. Y si es así, al igual que cualquier otra nación que brinde apoyo material a terroristas, (Cuba) también deben ser designada como tal y tratada de manera acorde con su comportamiento”, aseveró.
El diario The New York Times informó la semana pasada que el Departamento de Estado ya elaboró una propuesta para incluir a Cuba entre los “Estados patrocinadores del terrorismo”, pero no estaba claro si Pompeo la aprobaría.
El canciller cubano, Bruno Rodríguez, reaccionó en Twitter y aseguró que “de imponerse por capricho la campaña personal del Sec. Pompeo de incluir a Cuba en la lista de Estados Patrocinadores del Terrorismo, confirmaría que en EEUU es mayor la lealtad corrupta a intereses minoritarios que el compromiso en la lucha contra este flagelo internacional”.Impacto económico
Volver a ser considerado un estado patrocinador del terrorismo tendría un claro impacto económico para Cuba, dijo a AFP John Kavulich, presidente del Consejo Económico y Comercial Estados Unidos-Cuba, una organización que asesora a empresas estadounidenses sobre negocios en la isla.
“Las instituciones financieras tendrían otra razón para evitar transacciones con la República de Cuba”, señaló, apuntando que el “mayor escrutinio” al que estaría sometida desalentaría las inversiones de gobiernos y empresas.
Además, “las compañías de seguros podrían suspender la cobertura de operaciones (para embarcaciones, barcos, aeronaves, etc.) y, de continuar, aumentar el costo de la cobertura”, apuntó.
En 2015, en el marco de su política de acercamiento a Cuba, el antecesor de Trump, Barack Obama, retiró al país caribeño del listado de Estados patrocinadores del terrorismo, al declarar que los esfuerzos de medio siglo de Estados Unidos para aislar a la isla comunista habían sido un fracaso.
Pero Trump revirtió este descongelamiento del vínculo con Cuba apenas asumió en 2017, recrudeciendo el embargo vigente desde 1962 e imponiendo una batería de sanciones a su aliado Venezuela, lo cual le valió el apoyo electoral del crucial estado de Florida.
Biden, que fue el vicepresidente de Obama, ha dado lineamientos muy generales de cómo será su posición hacia Cuba, pero indicó que volvería a flexibilizar algunas restricciones, como permitir que los cubanoestadounidenses visiten a sus familias y envíen dinero.
El futuro gobierno de Biden podría eliminar a Cuba de la lista de patrocinadores del terrorismo, pero no sería en lo inmediato, ya que primero el Departamento de Estado tendría que realizar una revisión formal.
Solo tres naciones permanecen en esta lista negra estadounidense, Irán, Corea del Norte y Siria, después de que Trump eliminara a Sudán el mes pasado.