La desesperación de las autoridades que tratan de detener el flujo masivo de inmigrantes indocumentados en la frontera entre México y Estados Unidos alcanzó un punto máximo esta semana cuando un oficial de la policía estatal de Texas intentó rajar la balsa de un coyote con un arma cortante.
En las imágenes captadas por la cadena Telemundo en horas de la noche por Roma, Texas, se aprecia el momento en que coyotes cruzan a varios grupos de inmigrantes hacia Estados Unidos.
Una primera balsa ya había arribado con unos 12 pasajeros por su cuenta al lado del Río Grande hacia Estados Unidos.
Cuando la segunda balsa se aproxima a la orilla, un agente estatal de la policía ayuda a bajar a los tres inmigrantes, entre éstos una menor.
De inmediato, el oficial la emprende contra la balsa pinchándola con lo que sería un cuchillo.
El balsero forcejea con el agente para evitar el destrozo de la pequeña embarcación. Finalmente, entre insultos, el hispano se pierde entre la oscuridad con la balsa media rota.
En otra captura, se aprecia el momento en que otro balsero que está por terminar el cruce por el Río Bravo se percata que hay oficiales esperándolos y se distancia de la orilla.
Mientras, un agente insiste en que baje a los niños.
“Vas a hacer que se ahoguen los niños carnal, eh”, indica el traficante.
Las partes no logran llegar a un acuerdo, y el encargado del viaje retorna por donde vino.
Un coyote que habló con la cadena hispana sobre el trabajo que realiza lo justificó diciendo que lo que hace es mejor que asociarse con el narcotráfico.
A preguntas de si no teme ser arrestado, el hombre contestó: “Pues sí, oiga; pero, pues, ¿qué le hacemos? Es mejor andar aquí que en la delincuencia organizada. ¿No cree?”.
“Yo sé que está mal, pero tratamos de traer lo mejor que se pueda a la gente”, agregó el hombre.
En los casos anteriores, algunos menores llegan con sus familias, pero otros no acompañados.
La Administración del presidente Joe Biden registró un récord histórico en marzo pasado de llegada de menores solos a la frontera con la cifra de18,890.
Según la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), el número de pequeños interceptados en marzo dobla el total de febrero, cuando esa agencia detuvo a 9,271 menores.
Los datos confirman que la crisis en la frontera se ha agravado en los primeros meses de Gobierno de Biden, que este viernes solicitó preliminarmente un presupuesto al Congreso federal de $1.52 billones para el año fiscal 2022. Buena parte de los fondos serían destinados a vigilancia en la frontera y trámites estancados en el Servicio de Inmigración y Ciudadanía (USCIS).
La política de la Administración Biden es no devolver a los menores no acompañados que cruzan a Estados Unidos y más bien tratar de reunificarlos con parientes en el país.
Sin embargo, lo anterior ha sido interpretado erróneamente como una entrada expedita para esta población a EE.UU., lo que ha desatado un mayor congestionamiento en los procedimientos en la frontera y un incremento en el número de familias enteras que esperan por asilo en México.