Es incuestionable que la República Dominicana es un referente para muchos países de la región, con un crecimiento económico que triplicó el promedio de América Latina en las últimas dos décadas, es decir, 2.8 millones de personas salieron de la pobreza, lo que significa que una clase media ahora supera a la población pobre, con una mejora en la calidad de vida en cuanto a acceso a servicios básicos, vivienda y educación.
A pesar de ello, si la trayectoria reciente del país fuese narrada como una película, sería también una historia de luces y sombras y el punto de inflexión sería la pandemia, debido a la rápida y efectiva respuesta del Gobierno de turno que, a través de la ampliación en la cobertura y los montos de apoyo del principal programa de protección social, se evitó un aumento adicional de la tasa de pobreza de hasta 6 puntos porcentuales.
No obstante, este acontecimiento también puso de manifiesto desafíos estructurales que persisten en el país, incluso a pesar del crecimiento económico.
Un diagnóstico de la pobreza de nuestro país realizado por Alejandro de la Fuente, Economista Principal, Práctica Global de Pobreza y Equidad del Banco Mundial, plasmó una radiografía precisa de los desafíos para que las oportunidades que genera el crecimiento económico sean para todos, y a la vez planteó recomendaciones de políticas públicas para superarlos, a fin de lograr que las oportunidades sean realmente inclusivas.
Aumentar los ingresos de los más pobres
Como reto número uno el experto en economía evidenció mejorar los ingresos de los más pobres, ya que desde su óptica el sector de servicios ha generado empleos, pero la productividad se mantuvo estancada por muchos años en el pasado y se mantiene baja. “Existe un desfase entre las habilidades y conocimientos que se enseñan en las escuelas y universidades, y las que demandan las empresas, además, las mujeres se encuentran sobrerrepresentadas en empleos informales y de bajos ingresos”.
Para enfrentar este desafío-de la Fuente- entiende que se necesitan más capacitaciones en herramientas digitales, servicios de orientación vocacional y mayor colaboración entre el sector privado, las instituciones educativas y las de capacitación para ajustar los currículos a las demandas del mercado laboral actual.
Niñas y mujeres en desventajas
Como segundo desafío, el representante del Banco Mundial puntualizó que es imprescindible invertir en la educación de los más pobres, especialmente en niñas y mujeres. “Las niñas y las mujeres se encuentran en desventaja por las altas tasas de embarazos que muchas de ellas registran durante su adolescencia, las responsabilidades de cuidado del hogar y la discriminación laboral, de acuerdo al mencionado diagnóstico de pobreza y la reciente evaluación de género”.
Para mejorar sus oportunidades, y las de los más pobres en general, recomienda aumentar la tasa de retención escolar, especialmente en las mujeres jóvenes, ampliar la cobertura del programa AVANZA y fortalecer su apoyo a las mujeres y ofrecer apoyo para que las madres adolescentes puedan concluir sus estudios.
De igual manera, es importante ampliar el sistema de cuidados infantiles y la oferta de educación preescolar, implementar sistemas de alerta temprana para estudiantes en riesgo de deserción y utilizar los resultados de pruebas de aprendizaje para identificar carencias en estudiantes
Urbanización no planificada
De acuerdo con de la Fuente, el tercer punto que se debe tomar en consideración para lograr un crecimiento económico inclusivo es reducir las desigualdades en zonas desfavorecidas. “La urbanización no planificada y la escasa conectividad limitan el aumento de la productividad en la República Dominicana, incluso para quienes tienen buenos niveles de educación y empleo. La escasez de servicios básicos y la menor calidad de las vías de comunicación en las provincias más rezagadas también obstaculizan el desarrollo”.
Al respecto sugiere promover una urbanización «más inteligente» con mapas de uso de suelo y planificación municipal adecuada, invertir en infraestructura de conectividad, tecnología y servicios públicos y fortalecer la capacidad recaudatoria de los gobiernos locales para ejecutar proyectos.
Programas sociales más efectivos
Alejandro de la Fuente, quien también es doctor en estudios de desarrollo y economía por la Universidad de Oxford, continua su exposición planteando que, como desafío número cuatro las autoridades competentes de la República Dominicana, deben movilizar de manera más eficiente el gasto en protección social. “Los bajos niveles de recaudación y gasto social, aunados a errores de focalización, limitan la cobertura y la eficacia de algunos de sus programas sociales.
Para superar este desafío propone reducir los errores de focalización actualizando los mapas de pobreza, indexar los montos de los programas sociales a la inflación, aumentar la capacidad de recaudación de impuestos, reducir subsidios regresivos al agua y la energía y reorientar los ahorros generados para financiar programas sociales clave
Impacto del cambio climático
Por último, pero no menos importante, el experto advierte que es urgente mitigar el impacto del cambio climático. “La República Dominicana es altamente vulnerable a desastres naturales, que impactan con mayor fuerza a los más pobres”.
En un artículo publicado en el blog del Banco Mundial cita lo siguiente: “a menudo escuchamos que el cambio climático impacta de forma desproporcionada sobre los pobres y que los escenarios son inquietantes. Por ejemplo, el cambio climático derivará en un aumento de hasta 300 % en la pobreza extrema de América Latina y el Caribe (ALC) para el año 2030.”
Para tales fines plantea continuar implementando y fortaleciendo el sistema de transferencias monetarias temporales (como el Bono de Emergencia) para aliviar el impacto de las perturbaciones climáticas; así como ofrecer incentivos especiales a los dominicanos para que adopten medidas preventivas (como mejorar la resiliencia de sus viviendas).
“En esencia, las reformas propuestas buscan una mayor productividad económica, un mercado laboral más inclusivo, una transformación estructural más dinámica y una política fiscal más eficiente y redistributiva, incluyendo medidas de asistencia y protección social”.
Su propuesta
El economista del Banco Mundial entiende que abordar estos desafíos requiere de un esfuerzo conjunto del Gobierno, el sector privado, la sociedad civil y la comunidad internacional. “Un crecimiento sostenido e inclusivo es clave para que República Dominicana se convierta, de acuerdo a sus aspiraciones, en un país de ingresos altos”.