Decenas de periodistas abandonaron este martes el Pentágono en señal de protesta, tras rechazar las nuevas restricciones impuestas por el secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, que limitan severamente su labor informativa.
Las medidas, calificadas por el gobierno como de “sentido común”, exigen que toda información —clasificada o no— sea aprobada previamente por Hegseth antes de su publicación. La disposición provocó la renuncia colectiva de entre 40 y 50 reporteros, quienes entregaron sus credenciales en rechazo a las nuevas normas.
El gesto marca un quiebre histórico entre el Departamento de Defensa y los medios de comunicación estadounidenses, que desde hace décadas mantenían presencia permanente dentro del Pentágono.
“Es triste, pero también estoy realmente orgullosa de que el cuerpo de prensa se mantuvo unido”, expresó Nancy Youssef, reportera de The Atlantic, mientras desalojaba su espacio de trabajo junto a colegas que retiraban documentos, fotos y equipos personales del edificio.
El presidente Donald Trump respaldó abiertamente las nuevas reglas, afirmando que “la prensa es muy deshonesta” y que, según Hegseth, los periodistas “son disruptivos para la paz mundial”. Desde su llegada al cargo, el secretario de Defensa —excomentarista de Fox News— ha restringido progresivamente el acceso de los medios, reduciendo conferencias formales y endureciendo los controles sobre posibles filtraciones.
Aunque las organizaciones noticiosas prometieron mantener una cobertura sólida del Departamento de Defensa, el cierre del acceso físico al Pentágono marca un precedente preocupante para la libertad de prensa en Estados Unidos. Las imágenes de periodistas abandonando el edificio con cajas y documentos reflejan la creciente tensión entre el poder político y los medios, en un contexto donde el gobierno busca redefinir los límites de la transparencia pública.
