Un reporte divulgado esta semana por la Fiscalía General de Nueva York (OAG) pone nuevamente “el dedo en la llaga” en una brecha racial persistente, en casi todas las regiones de Nueva York: La gran proporción de propietarios de viviendas son blancos, casi duplicando el número de propietarios afroamericanos e hispanos.
Además, se describe con números muy claros, otra realidad demoledora: El mercado inmobiliario impone tasas más altas, más complicaciones, más papeleo, a las personas de color.
El nuevo informe de la OAG, reveló que los posibles compradores de una casa “no blancos”, es más probable que se les cobren tasas de interés más altas por sus préstamos. Y hay más posibilidades que utilicen préstamos más costosos de la Administración Federal de Vivienda.
En el caso que sean ya propietarios, es muy duro, que se les apruebe la refinanciación de sus préstamos a una tasa más baja.
La fiscalía neoyorquina examinó por primera vez las solicitudes de préstamos para la compra de vivienda en todo el Estado. Obviamente, solicitar una hipoteca a una institución financiera es el primer paso, pero varios problemas estructurales impiden siquiera “tocar esa puerta”.
“Las disparidades en las aplicaciones los alejan del mercado crediticio. Estas instituciones no abren sucursales en vecindarios en donde la mayoría de las personas son de color, sumado a la complejidad del proceso del préstamo”, subraya el análisis.
Como era predecible, se establece que los prestamistas recibieron menos solicitudes de negros y latinos, si se contrasta con su presencia en la población estatal, con el 7.6% de las solicitudes de compra de afroamericanos y el 9.5% de aspirantes hispanoparlantes..
Estas cifras son la mitad de la representación de cada grupo en la población general de Nueva York.
“No sólo los neoyorquinos afroamericanos e hispanos están desproporcionadamente subrepresentados entre los solicitantes de hipotecas, sino que a todos los solicitantes de color se les niegan hipotecas, o se le aplican tasas más altas, independientemente de su puntaje crediticio, ingresos, tamaño del préstamo y otros factores”, dice el análisis.
Con buen crédito, pero…
Incluso, demostró la Fiscalía en esta investigación, que personas de las minorías, con puntajes crediticios más altos, en comparación con los solicitantes blancos, se le niega una hipoteca, en un porcentaje de casi el 50%.
Como interpreta Frankie Miranda, presidente de la Federación Hispana, es “inaceptable” y “alarmante” que los neoyorquinos negros y latinos sigan enfrentando costos y tasas de interés más altas que los excluyen del mercado inmobiliario.
“Ya es hora de que el gobierno federal y estatal comiencen a derribar estas barreras para que todos los neoyorquinos, independientemente de su raza o código postal, tengan la oportunidad de ser propietarios de una casa”, exhortó Miranda.
Este informe no solo expone con más detalles y pruebas, lo que ya históricamente es de conocimiento general. Sino propone apurar la aprobación de nuevas legislaciones y normas estatales, para abrir más puertas, a sus propias viviendas a más neoyorquinos. Y romper este ciclo calificado como de discriminación, en todas sus formas.
“Desafortunadamente, el poco acceso a crédito asequible, sigue siendo generalizado en todo nuestro estado, lo que refuerza la historia de segregación, genera una disparidad en la propiedad de vivienda y alimenta la brecha de riqueza racial”, razonó la fiscal Letitia James al presentar este reporte.
Se expone también en el desglose de estos nuevos datos, que los hogares blancos tienen un 25 por ciento más de probabilidades que los hogares asiáticos de ser propietarios de su casa, y más de 50% de probabilidades que los hogares negros o latinos, de siquiera soñar con tener los documentos de propiedad de una casa o apartamento, o que se le apruebe la hipoteca de una casa.
“Más de 50 años después de la aprobación de la Ley de Vivienda Justa, es vergonzoso que todavía exista discriminación racial sistémica en nuestro mercado inmobiliario. Falta mucho camino por recorrer para que el Sueño Americano, esté igualmente disponible para todos”, reaccionó Ian Wilder, director ejecutivo de Long Island Housing Services, Inc.
La tendencia de promedios bajísimos de vivienda, cuyos propietarios son personas de color, está presente en todo el estado, pero se especifica que la ciudad de Albany, la capital del Estado, tiene la segunda brecha más grande entre la propiedad de viviendas de blancos y negros de cualquier ciudad del país, solo superada por Minneapolis.
En NYC solo pueden comprar millonarios
El esbozo de la OAG solo destaca las estadísticas y las tendencias de regiones, fuera de los cinco condados de la Gran Manzana, una ciudad en donde la realidad muestra que incluso rentar un apartamento cómodo, sin filtraciones, ni plagas, se escapa cada vez más, no solo de la clase trabajadora, sino de los profesionales jóvenes.
“Para los hispanos que viven aquí, siempre es un sueño comprar una casa. Pero la mayoría lo puede lograr, pero adquiriéndola en sus países de origen. ¿Quién puede siquiera soñar comprar algo decente, aquí mismo en El Bronx, que es el área más pobre? Aquí estamos condenados a luchar para pagar la renta. Y quien quiere una casa propia, se tiene que ir”, destacó la puertorriqueña Marión Vásquez, una abuela de seis nietos que crecieron en Nueva York y se mudaron para Florida.
En efecto, las propiedades en la ‘capital del mundo’, que sigue ostentando la reputación de la ciudad con el metro cuadrado mas costoso del mundo, siguen elevándose rascacielos, pero solo para quienes pueden pagar millones de dólares.
“Con lo que pagas aquí, por rentar un huequito nada lujoso, puedes cubrir una hipoteca en otros pueblos. Comprar aquí es algo que solo pueden pensar multimillonarios. Y mientras más pasa el tiempo, todo es peor y más clasista. Después de la pandemia, todo se puso peor”, opinó la boricua.
Según el informe anual de la inmobiliaria de lujo Douglas Elliman y la agencia consultora Knight Frank, el año 2022 cerró con un total de 244 ventas de casas ‘superprime’ en la Gran Manzana, con un precio por encima de los $10 millones y 43 ‘ultraprime’, todas las que están por encima de los $25 millones.
De hecho, algunas investigaciones realizadas por El Diario derivadas del Censo 2020, al menos 17,000 residentes, en su mayoría dominicanos, se mudaron fuera de Washington Heights e Inwood, entre el 2010 y el 2020, mientras que en el mismo periodo, ambos vecindarios recibieron 4,824 blancos.
En las consultas con las juntas comunitarias, existe un amplio consenso que muchos jóvenes profesionales, hijos de inmigrantes, que crecieron en vecindarios de mayoría hispana, como el Alto Manhattan, Queens o El Bronx se siguen desplazando a otros estados como Filadelfia, Florida, Nueva Jersey y Connecticut, porque siguen la ruta de sitios en donde sueñan con pagar una hipoteca razonable, que una alta renta.
“Aquí la vida en la ciudad de Nueva York, se está reduciendo cada año más para los millonarios. Entonces tu vida será trabajar, para pagar miles de dólares en renta y moverte en bicicleta. Por eso me tengo que ir a otro Estado”, compartió el joven abogado, Roland Peña, de 28 años, de origen quisqueyano.
En una encuesta nacional, realizada en marzo de 2022, y citada por la OAG “casi tres cuartas partes de los encuestados en todo el país enumeraron que ser propietario de una vivienda es la característica definitoria del sueño americano, por encima de tener una carrera exitosa, obtener un título universitario, ser propietario de un automóvil, tener hijos o poder jubilarse”.
Cuatro “llaves” para abrir los créditos a las minorías:
El informe divulgado por la fiscal Letitia James, identifica una serie de soluciones políticas a nivel estatal que podrían ayudar a cerrar la brecha racial en la propiedad de vivienda, que incluyen:
- Subsidiar los pagos iniciales y las tasas de interés para los compradores de viviendas de primera generación de color, para facilitar la obtención de crédito a las familias que nunca han comprado una vivienda.
- Aumentar los fondos a instituciones financieras, sin fines de lucro, que puedan apoyar a comunidades de color desatendidas por los bancos tradicionales.
- Aprobar la Ley de Banca Pública de Nueva York que crearía un marco regulatorio para que las ciudades, pueblos y regiones establezcan créditos más flexibles.
- Aumentar los recursos para las investigaciones de préstamos justos de las agencias gubernamentales y fortalecer la Ley de Derechos Humanos de Nueva York, para prohibir expresamente las prácticas crediticias, que tienen un impacto dispar en las comunidades de color.
Anatomía de la propiedad inmobiliaria en NY:
- 67% de los hogares blancos de Nueva York son propietarios de las unidades residenciales en donde viven en comparación con el 34% de las familias “no blancas”, según la Encuesta sobre la Comunidad Estadounidense.
- 27% de los hispanos son propietarios de sus viviendas, en el resto del país esta cifra asciende al 51%
- 32% de los afroamericanos entran en el grupo de privilegiados de tener su casa propia, pero la media de todo el país es el 43%