SANTO DOMINGO, República Dominicana.- El Consejo de Seguridad de la ONU extendió este jueves por un año más el mandato de la misión del organismo multilateral en Haití que, con el resultado de la votación a favor de ello, perdurará hasta el 15 de octubre de 2021.
República Dominicana esta vez votó a favor de que así sea, aunque advirtió que no es lo mejor, pero peor es nada.
La resolución para extender por un año más el mandato de la llamada Oficina Integrada de las Naciones Unidas en Haití (Binuh), misión del organismo multilateral, no tuvo votos en contra entre los 15 miembros permanentes y no permanentes del Consejo, pero sí dos abstenciones (China y Rusia) y trece votos a favor.
Los representantes de los países que argumentaron su voto, a favor o abstención, coincidieron en expresar preocupaciones sobre el futuro de la Binuh y sobre el presente y futuro de esa nación vecina a la nuestra, convulsionada por una prolongada crisis política, social y económica repleta de actos de violencia e inseguridad, agudizada en los últimos tiempos por bandas delictivas ahora mejor organizadas y coordinadas.
La resolución reitera el papel esencial del Parlamento de ese país, que ahora no existe, y la urgencia de entablar un diálogo nacional que aborde las causas de la inestabilidad y llegue a un acuerdo para ir superando la situación.
Aboga asimismo por la organización de elecciones legislativas libres, justas y transparentes tan pronto como sea técnicamente factible, lo que el presidente haitiano -acusado de inacción, en el mejor de los casos-, Jovenel Moise, quien gobierna por decreto, prometió que se celebrarán «en los próximos meses».
La Binuh comenzó sus operaciones hace un año, en reemplazo de la Misión de Naciones Unidas para Apoyar la Justicia en Haití (Minujusth, creada en 2017), a cargo -una y otra- de la estadounidense Helen La Lime, representante del secretario general de la ONU.
La Binuh siguió a la Minujusth, que a su vez se instauró tras el fin de la Misión de Estabilización en Haití (Minustah), con el fin de lidiar con el escenario de inestabilidad, violencia política, impunidad y proliferación de la delincuencia fortaleciendo el estado de derecho.
Tanto la Minustah como la Minujusth fueron blanco de graves denuncias, entre ellas por negligencia, incapacidad e incluso por abusos sexuales de los llamados cascos azules.
VOTO DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
Por primera vez República Dominicana votó a favor. Por no estar de acuerdo con el mandato (porque este no tiene todo lo que debería tener) en el pasado optó por abstenerse, pero ahora modificó su posición advirtiendo que la Binuh no es lo mejor, pero peor es nada.
El embajador dominicano ante el Consejo de Seguridad de la ONU, José Singer Weisinger, argumentó que hace un año, al crearse la Binuh, «nos pronunciamos sobre las diversas crisis por las que en ese entonces atravesaba Haití y las posibles implicaciones que generaría establecer una misión política especial en un país que enfrentaba profundos conflictos políticos, económicos y sociales y una situación de violencia cuyas mayores víctimas, lamentablemente, era la indefensa población civil haitiana».
«Hoy, un año después del establecimiento de la Oficina Integrada de las Naciones Unidas en Haití (BINUH) -prosiguió-, nos vemos frente a una persistente y compleja crisis que sigue siendo multidimensional y que se ve agravada profundamente por un aumento estrepitoso de la violencia y el impacto de la pandemia de la covid-19. Una crisis que ha empeorado aún más la ya precaria situación, incluyendo violaciones de los derechos humanos, impunidad rampante y una crisis alimentaria aguda, que hoy afecta casi a la mitad de los haitianos».
Singer reveló que en la última semana participó en el proceso de negociación del nuevo mandato de la BINUH esperanzado «en que tendríamos una conversación más extensa, horizontal e incluyente para lograr un mandato más robusto y multidimensional, incluyendo al menos el fortalecimiento de la protección de los derechos humanos y la rendición de cuentas» de los recursos que recibe Haití.
República Dominicana favorece un mandato que tenga recursos para «combatir la impunidad, traer reparo a las víctimas y frenar la persistente violencia perpetrada por pandillas que controlan las calles, asaltando, secuestrando, desplazando poblaciones y hasta asesinando personalidades productivas y de alto perfil» como ocurrrió recientemente con el presidente del Colegio de Abogados.
«Desafortunadamente -reveló- la negociación no produjo los inminentes cambios que esperábamos y que efectivamente pudieran apoyar a Haití en la consolidación de su tan dilatada estabilidad política, en la creación de un ambiente pacífico y estable, y en avanzar en sus objetivos de desarrollo».
Por lo mismo, remarcó que con la adopción de esta resolución el Consejo de seguridad «pierde una oportunidad brillante de reforzar el apoyo de la comunidad internacional al pueblo haitiano, el más pobre de todo el continente occidental. Esto hubiese permitido conservar los logros alcanzados por las misiones de paz establecidas anteriormente en Haití y evitar una profundización de la crisis, la cual pudiera extenderse a otros países de la región».
Sin embargo, BINUH continuará cumpliendo con el mismo mandato del pasado año, aún cuando los indicadores reflejan que los progresos han sido mínimos.
Estamos conscientes de que la BINUH se ha esforzado en cumplir su mandato, a pesar de las limitaciones. Ha tratado de fomentar un entorno propicio para que la sociedad haitiana supere el estancamiento en la organización de las elecciones legislativas y la falta de consenso sobre una agenda política común que permita romper los impases y definir un nuevo ciclo electoral.
No obstante, la frágil capacidad institucional que sostiene el aparato de seguridad y las condiciones sociales, requieren de un apoyo más amplio por parte de la comunidad internacional que permita activar el desarrollo y reanudar las esperanza.
Es por esto que, en el proceso de negociación, la República Dominicana participó activamente con propuestas claras y definidas sobre los cambios que entendían podrían fortalecer el mandato de la BINUH con el objetivo de lograr un mandato más fuerte, de amplias capacidades, que reflejara la solidaridad de la comunidad internacional y que estuviera enfocado en las prioridades más acuciantes de Haití. Lamentamos que no se pudiera arribar a un consenso en este sentido.
La experiencia y la complejidad de la situación actual nos llevan a concluir que este mandato continuará siendo insuficiente para lograr los objetivos. Especialmente si la sociedad haitiana no aúna esfuerzos para hacer que este o cualquier otro mandato sea exitoso.
Tras detallar los argumentos dominicanos, Singer explicó que, «dado lo crítico de la situación en Haití, votamos a favor de la resolución porque entendemos, sin ánimos de parecer conformistas, que es preferible contar con esta Misión a prescindir de ella. Esperamos, que, por lo menos, las limitadas atribuciones asignadas a la Misión cuenten con los recursos y el personal adecuado», sostuvo.
LO DICHO POR EL CANCILLER DOMINICANO
Hace exactamente diez días, el ministro de Relaciones Exteriores de la República Dominicana, Roberto Álvarez, ya había solicitado al Consejo de Seguridad de la ONU mantener el mandato tras advertir que el país mantendrá su política de colaboración con Haití, pero que «no hay ni podrá haber una solución dominicana a la situación haitiana».
«El Gobierno dominicano hace un llamado a la comunidad internacional a proveer al pueblo haitiano la ayuda humanitaria que tanto requiere y los recursos necesarios para poder invertir en infraestructuras y en la creación de empleos», expuso el ministro Álvarez el 5 de octubre.
Asimismo, destacó que «las fronteras compartidas implican que procesos políticos y sociales impactan significativamente en el otro», y añadió que «el éxito de las políticas de salud o defensa requieren coordinación binacional».
VOTOS ARGUMENTADOS DE RUSIA, CHINA, EEUU Y FRANCIA
También argumentaron sus votos por la abstención o a favor del mandato los representantes de Rusia, China, EEUU y Francia. Los dos primeros criticaron que sus propios aportes no fueron considerados en el resolución, pero no detallaron cuáles fueron.
Al igual que quienes votaron a favor, coincidieron, sin embargo, en que la situación de Haití requiere de un diálogo interno que ponga fin a la violencia, la corrupción y tantos otros males, así como de un mayor apoyo internacional para lograr esos objetivos.