El plan económico de casi $4 billones de dólares del presidente Joe Biden está en riesgo en el Congreso. Los demócratas no necesitan a los republicanos para bloquear la agenda, ya que sus propias divisiones están alejando la posibilidad de una estrategia sobre el proyecto de infraestructura y el plan de familias.
Esto sobre todo luego de que 10 demócratas considerados centristas se unieran a 10 republicanos para respaldar un proyecto de infraestructura de $579,000 millones de dólares, una cifra muy por debajo del proyecto de $1.7 billones del Plan de Empleos Estadounidense planteado por el presidente Biden, quien había bajado su oferta de $2.25 billones para intentar sumar a los republicanos.
“Este plan de infraestructura bipartidista cuenta con el apoyo de un grupo de 20 senadores… para llevar la infraestructura de nuestra nación al siglo XXI”, presume el plan. “Si se convierte en ley, representaría la mayor inversión en infraestructura en la historia de Estados Unidos”.
La propuesta sigue la línea de inversión sugerida por el presidente Biden, pero con montos mucho más bajos para reconstruir carreteras y puentes, mejorar los sistemas de transporte público, invertir en infraestructura de banda ancha y mejorar los aeropuertos.
Adicional a ello, los senadores sugieren que se utilicen fondos del Plan de Rescate Estadounidense (ARP), algo que la Administración Biden ha rechazado.
“El plan se pagaría en parte con fondos de ayuda de COVID no utilizados, asociaciones público-privadas y fondos rotatorios de infraestructura”, indica el plan revelado por Politico.
El senador Joe Manchin (West Virginia), uno de los demócratas que respaldan el proyecto, se ha convertido en el eslabón más fuerte de la oposición demócrata contra las propuestas del presidente Biden.
El mandatario demócrata dijo que no había visto el proyecto de ley propuesto, el cual formaría parte de un plan de máximo $1 billón de dólares con el respaldo de republicanos.
El líder de la mayoría en el Senado, Chuck Schumer (Nueva York), tiene una escenario complicado para lograr que sus colegas lleguen a un mismo punto, debido a la presión de los más progregistas, como el independiente Bernie Sanders (Vermont) y Elizabeth Warren (Massachussetts).
Además de la propuesta de infraestructura, los congresistas demócratas deben atender el proyecto para familias y una posible reforma migratoria que buscaría ser parte del proceso de Reconciliación.
John Podesta, fundador y presidente de la junta directiva del Center for American Progress (CAP), criticó la propuesta bipartidista del grupo al que se refirió como los “G20” del Senado, al considerar que podría ser un bloqueo a aplicar el proceso de Reconciliación.
“Si el acuerdo cierra la puerta a la reconciliación, entonces sería uno bipartidista para traicionar tanto a las familias de clase media que han tenido dificultades con el cuidado infantil y del hogar, así como a nuestros niños, que serán obligados a ver cómo su planeta se fríe en aras de la paralización de Washington disfrazada de bipartidismo”, indicó. “Para ser claros, cualquier demanda republicana que exija que la reconciliación sea abandonada a cambio de su apoyo, debe rechazarse de plano”.