24 de noviembre de 2024

controlandoelejido.com

Tu Portal digital dominicano en new york

Mujeres dominicanas en Puerto Rico víctimas de violencia doméstica

Andrea Díaz llegó a Puerto Rico huyendo del padre de su hijo, con el que tenía siete años de relación al momento de partir. “Él me acosaba, me decía que me fuera para la capital porque si me veía con alguien del pueblo me iba a matar. Él era policía y tenía un arma”, dijo Díaz.

El primo de su abusador le ofreció pagarle el viaje en yola, pero según expresó, “ese tipo de viajes le daban miedo”, y lo conversó con el dueño del pica pollo en el que trabajaba en su pueblo. “Me dijo que me fuera que él también se iba en ese viaje y por lo tanto no me iría sola”.

“Entonces dije que sí. Dejé a mi hijo de cinco años y tomé los 16 mil pesos del viaje y un poco más que reunieron para los primeros días. Salimos de Villa Riva en la mañana y en la noche llegamos a La Romana. De ahí arrancamos y al otro día llegamos a Puerto Rico”, narra Díaz.

Ella vive en San Juan desde el año 2000 y en 2001 conoció a su pareja, con el que vivió por 15 años maltratos y abusos psicológico y sexual. Asegura que el tormento fue mayor porque al estar indocumentada, tenía miedo de reportarlo y que las autoridades la regresaran a RD.

“Este era un tipo de presión mucho más intensa y angustiante, porque no solo amenazaba con matarme, sino que también decía que me iba a llamar a Migración o que no me iba a sacar los papeles si no accedía a lo que él quería y así seguí hasta que una amiga me invitó a ir al Centro de la Mujer Dominicana, porque ahí la habían ayudado a ella a cerrar el ciclo de violencia”, dijo Díaz.

En el 2016, Andrea llegó al Centro de la Mujer Dominicana en Río Piedras, donde le dieron orientación y donde expresa que le enseñaron a identificar a un abusador “porque siempre se disfrazan de buenos”.

El CMD es la única organización de base comunitaria en Puerto Rico creada para atender las necesidades de las mujeres inmigrantes tanto dominicanas como de cualquier otra nacionalidad.

Durante esta pandemia, su directora Romelinda Grullón no ha dejado de trabajar ni un solo día y han sido trasladados los grupos terapéuticos y terapias personalizadas a la realidad virtual.

Grullón cuenta que debido a la pandemia los casos en el CMD se han triplicado, e incluso, han tenido que albergar a algunas mujeres.

Expresó que la violencia doméstica ha aumentado considerablemente porque las víctimas están completamente vulnerables, debido a que están encerradas, solas y también porque el sistema de ayuda a las mujeres maltratadas se paralizó casi por completo por la pandemia, además de que hay sitios que todavía están cerrados.

Indicó que muchas de las mujeres migrantes tuvieron que regresar a vivir con el abusador debido a la crisis y la falta de acceso a sus empleos.

Igualmente resaltó la importancia de que se frene la migración indocumentada bajo la utopía de que todo allá estará mejor.

“Muchas mujeres piensan que la situación económica de Puerto Rico está mejor que la de República Dominicana, y es bueno que sepan que estamos en las mismas y para los inmigrantes está todavía mucho más difícil”, indicó Grullón.

Cada año el CMD recibe cientos de mujeres inmigrantes dominicanas, que, por la vulnerabilidad de su situación, se convierten en víctimas de explotación laboral, y de violencia doméstica y sexual por parte de sus verdugos. Algunas de ellas, inclusive, han perdido la vida.

“La mayoría de las migrantes dominicanas son trabajadoras del servicio doméstico, y debido a la pandemia los empleadores han tenido que suspenderlas. Esto ha provocado que su nivel de pobreza aumente considerablemente. El hecho de estar tanto tiempo en la casa, sin trabajo, sin tener ayuda del Gobierno las pone en una situación sumamente vulnerable”, expresó Grullón.Se enfrentan al rechazo, al racismo y a la xenofobia

En la Procuraduría de la Mujer de Puerto Rico, organismo oficial y regulador en temas de la mujer, no existen cifras oficiales de cuántas mujeres migrantes son víctimas de violencia doméstica. Sin embargo, existe una investigación realizada la profesora de la Universidad de Puerto Rico, Elithet Silva y el CMD, que data del año 2015.

En esta se evaluaron 900 casos de mujeres que reciben apoyo del CMD, y los datos que reveló son sumamente preocupantes.

Entre ellos se destaca que el 97 % de las mujeres reportó violencia emocional; cerca del 70 % sufrió violencia sexual por parte de sus parejas, de sus empleadores y durante la travesía para llegar a Puerto Rico.

Presentación del Documental “Desempacando” en el Centro de la Mujer Dominicana

Otro dato presentado es que más del 75 % de estas mujeres sobrevive con 12 mil y 10 mil dólares al año, con lo que también mantienen a sus familiares en República Dominicana.

De esta investigación nació el documental “Desempacando historias: género, migración y violencia”, que presentó a través de las historias de las mujeres que viajan indocumentadas a Puerto Rico, la realidad de ese viaje en “yola” y de los abusos, violencia, racismo y xenofobia que deben enfrentar para lograr su sueño de una mejor vida y enviar dinero al país para sus familias.

El filme fue galardonado este año con el premio al Mejor Documental Nacional en la 11ma edición de Enfoque International Film Festival.

La heroína de las migrantes

Romelinda Grullón es una dominicana que lleva más de 30 años laborando en los servicios sociales. Vivió por más de 15 años en la ciudad de Nueva York, donde tuvo la oportunidad de trabajar en el Centro de Desarrollo de la Mujer Dominicana del Alto Manhattan y en otras organizaciones dedicadas al empoderamiento de mujeres.

Lo que allí aprendió le sirvió de experiencia para hoy desempeñarse como directora y fundadora de este centro.

Grullón explicó que desde hace 17 años la institución le ha brindado ayuda a más de 9,000 mujeres migrantes, no solamente dominicanas, sino también de otras nacionalidades, inclusive puertorriqueñas, a las cuales ha ayudado a superar el trauma migratorio y de violencia, ofreciéndoles apoyo tanto psicológico como legal.

Romelinda asegura que los casos más comunes que recibe en el centro son de mujeres víctimas de violencia y agresión sexual, principalmente mujeres que actualmente no están con su pareja pero que han sufrido maltrato físico y verbal, y necesitan ayuda para romper con ese ciclo, y trabajar las secuelas de violencia doméstica.

También hace alusión a que el tipo de agresión de las mujeres migrantes es distinto al abuso que sufren otras mujeres, porque el hecho de no tener documentos las vuelve más vulnerables y aumenta las posibilidades de permanecer con un hombre que las maltrata, se le suma a eso otros tipos de violencia, como el hecho de que trabajan por debajo del sueldo que corresponde, y tienen miedo de denunciar a sus empleadores.

También dijo, que, en algunos de los casos, estas mujeres inmigrantes vienen arrastrando situaciones de violencia desde su país de origen y si no buscan ayuda tienden a repetir el mismo patrón allá.

Romelinda Grullón, directora del CMD en la marcha de las novias a favor de la no violencia contra la mujer que celebran cada año.

Por lo pronto, Romelinda sigue buscando ayuda de otras organizaciones sin fines de lucro para poder sustentar el Centro y continuar ayudando a estas mujeres en estos momentos tan difíciles.

“Obtener trabajo, ayudar a sus familias a salir de la pobreza se complica aún más en estos momentos. Porque se tienen que insertar en cualquier mercado laboral incluso en el de la construcción, y si no tienen documentación no las están contratando”.

Es por esto que Grullón insistió nuevamente en la importancia del cese de la actividad migratoria indocumentada hacia la isla.

“Es necesario pensarlo dos veces antes de embarcarse en esa travesía. Porque para muchas de nuestras mujeres esos viajes ilegales han sido una pesadilla. Antes de venir, en el proceso del viaje y después que llegan. El famoso sueño que vienen a buscar, y que no lo es”, dijo Grullón.

El trabajo de Centro ha impactado de manera tan positiva en toda la isla, que incluso la nueva Miss Universe Puerto Rico ha escogido la organización para acompañar a estas mujeres y trabajar con ellas en su año de reinado.